Capítulo 17

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Lucca

Observé a Nathaly cómo colocaba silenciosamente nuestro desayuno en la mesa. Evitaba el contacto visual y fingía como si tanto Violet como yo fuéramos invisibles.

-Gracias Nathaly. -dijo Violet en tono burlón. Pero Nathaly ignoró su provocación y en cambio se dio la vuelta y se dirigió de nuevo a la cocina.

Con un movimiento de cabeza, dejé la mesa y la seguí.

-Nathaly, ¿hasta cuándo vas a estar enfadada conmigo? Ya te dije la razón por la que esto está sucediendo. -le expliqué a la mujer que se negaba a mirarme siquiera.

-¿La vas a recuperar? -preguntó en voz baja después de un momento de silencio.

-¿Quién? -pregunté confundido.

-¡Elle! ¿Ya la olvidaste? -preguntó, sorprendida, tal vez incluso herida.

-No, por supuesto que no. -la tranquilicé. ¿Cómo podría olvidarme de Elle? ella consumía todos mis pensamientos.

-¿Entonces la vas a recuperar? -insistió.

-Sí. -confirmé. Solo tenía que ocuparme de este asunto.

-¿Cuando? Porque si esperas demasiado, es posible que ya no quiera volver. -advirtió, levantado una bandera roja en mi cabeza. 

-Tendrá que volver, le gusté o no. -afirmé, mi ego y arrogancia creciendo.

-Conociendo a Elle, creo que ella se te escapó. Buena suerte Lucca, puedo decir sinceramente que realmente metiste la pata en esta. -dijo Nathaly, sacudiendo la cabeza decepcionada.

-Si la recupero, ¿me perdonaras? -le pregunté, pero ella aún se negaba a mirarme a los ojos.

-No la recuperes por mí. Recupérala porque realmente la amas. Y si no lo haces, déjala en paz y yo seguiré estando aquí. -dijo en tono suave al final.

**Narrador**

Con eso, Nathaly se dio la vuelta y se alejó, asegurándose de dejar caer sus lágrimas cuando estaba lejos de Lucca. Ella amaba a ese hombre como si fuera su propio hijo. Odiaba ver cómo desperdiciaba su futuro y dejaba ir a la única persona que ella podría haber imaginado amándolo, aparte de ella.

Lucca regresó al comedor de mal humor.

-Así que dime, ¿por qué ella? No es tu tipo. -hablo Violet después de pasar un minuto observando a su pareja deprimida.

Lucca resopló y rodó los ojos al preguntar -¿Tengo un tipo?

-Yo soy tu tipo. Entre las rubias altas y las pelirrojas. Nunca te interesó una morena tímida. -explicó Violet.

-No me digas que estás celosa. -dijo Lucca con malicia.

-No, no me insultes, estoy más bien confundida. Lucca, ¿no vas a perseguir a esa chica por tu orgullo herido y tu ego? Porque si esa es la única razón, eso es simplemente cruel. -afirmó Violet, mientras tomaba un sorbo de café.

-No tenías que besarme frente a ella, ya sabes. -dijo Lucca, cambiando ligeramente de tema. 

-Sí, bueno, los hombres de mi padre estaban mirando, así que tuve que dar un espectáculo para que me dejaran en paz. -respondió Violet con tono indiferente.

-¿Y Evert les dio información sobre Elle? -preguntó Lucca, asegurándose de tener todos los detalles.

-Sí. -confirmó Violet.

-Así que ahora, simplemente actuamos como una familia feliz por un tiempo, luego tú consigues tu dinero, yo consigo el negocio de tu padre y ambos seguimos nuestro camino alegre. -dijo Lucca en tono de negocios.

-Ese es el plan. -respondió Violet.

Se quedaron en silencio durante unos minutos.

-Ella me desafía. -afirmó Lucca después de un buen momento de silencio.

-Ella se pone nerviosa a mi alrededor, pero si la presiono, se convierte en esta princesa que no acepta ninguna de mis tonterías. Ella consume mis pensamientos cada segundo del día. -admitió Lucca.

-Te estás enamorando de ella. -simplemente agregó Violet. -pero, dado que se ha ido y no creo que regrese contigo, al menos no voluntariamente. -concluyó Violet.

-Bueno, si la situación se complica... -comentó Lucca, luego cayeron en otro silencio.

A pocos metros en la cocina, Nathaly sonrió en silencio.

Tal vez, haya esperanza después de todo.

**Mientras tanto, en Meath**

-Oh Dios mío, Diogo, ¡Diogooo! -gritó Elle mientras estaba parada de espaldas a la pared, con los ojos puestos en la criatura pequeña chocolate marrón con una macha blanca, que estaba en la cocina. 

-¿Qué? ¿Qué? -dijo Diogo mientras acudía en su rescate.

Con los ojos abiertos y un dedo tembloroso, Elle señaló a la garduña, que estaba sentado en la cocina. 

-Es solo una garduña. -declaró Diogo.

-Quítalo. -respondió Elle rígida, sin apartar la mirada de la criatura que le causaba repulsión.

-De acuerdo, de acuerdo. -dijo Diogo.

Se acercó a la garduña y la agarró con calma con las manos enguantadas, luego Diogo lo sostuvo y lo llevó afuera.

Elle finalmente respiró tranquila una vez que se aseguró de que la garduña se había ido.

-Listo, esta es la tercera vez que te salvo, noble princesa. ¿Me he ganado el derecho de llamarme tu caballero de brillante armadura? -preguntó Diogo mientras se inclinaba dramáticamente.

Su acto cómico sacó una sonrisa en los labios de Elle, y ella suspiró.

Diogo y Elle habían estado saliendo durante algunas semanas, y él le había que fuera su novia, ella dudó en responder y Diogo entendió y le dio espacio.

Era dulce, amable, divertido y tan respetuoso que aún no se habían besado, no apresuró nada.

A diferencia de alguien que ella conocía.

Así que, con una sonrisa y un rubor tímido, ella miró a Diogo y dijo -sí, te has ganado el nombre.

Diogo la abrazó y la giró, mientras reían y se reían.

Luego la bajó y, por primera vez, se besaron suavemente.

Pero no había nada.

Solo había besado a un hombre en su vida y cuando Evert la atacó, no consideró eso un beso.

Trató de comprometerse con el beso. Diogo estaba siendo suave, incluso cuidadoso y aquí ella estaba, sin sentir nada.

Diogo se apartó con una sonrisa.

No parecía darse cuenta de la falta de chispas, como las que provoca un cierto rey y bestia de hielo que hace que su corazón lata rápidamente.

Le dio un beso en los labios y dijo -¿Te veo mañana?

-Mañana. -confirmó ella, luego Diogo se fue.

En el momento en que Elle se quedó sola, suspiró y se encontró mirando su teléfono.

En su feed de Google, se mostraba una foto de Lucca y Violet tomados de la mano mientras salían de su negocios, con el título "¿El soltero más codiciado de Limerick, comprometido?"

El título en sí destrozó su corazón, sin mencionar la foto, junto con el hecho de que Lucca no la había contactado en absoluto, ni siquiera para preguntar por su coche.

Suspiró y su mente empezó a divagar hacia Diogo. Era un amor y ella lo amaría...

Tenía que hacerlo, incluso si existía la posibilidad de que Lucca hubiera arruinado su idea del romance.



La Mujer de la BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora