Yoko yacía tendida en el suelo, con la respiración agitada y los ojos cerrados. Sintió las manos de Faye posarse sobre sus pechos. Gimió y abrió los ojos de golpe.—¿Te gusta lo que te hago, muñeca? — preguntó y apretó sus senos levemente.
—Sí... — musitó.
Faye la miró a los ojos, buscando seguridad en ellos.
—¿De verdad?
—Sí... — dijo más alto. Dios, ya no aguantaba. La deseaba. Al diablo con lo que pasaría después, lo único era el aquí y ahora, y eso era... Follar con su tía —Te deseo, Faye. Haz lo que quieras conmigo, soy tuya.
—No sabes lo que acabas de decir, pequeña —Se humedeció los labios con la lengua —Si bien recuerdo, prometí dejarte ver la televisión a cambio de que te quitaras la camisa —Acarició sus senos sobre la tela de algodón. Yoko jadeó. —Quítatela.
Sin protestar, Yoko se levantó del suelo junto a la mayor quedando frente de esta. Se levantó la camisa hacia arriba con lentitud pasmosa que hizo estremecerse por la excitación a Faye. Malisorn se mordió el labio al verla en sostén. Los pechos están del tamaño perfecto para sus manos. Tragó saliva cuando la vió quitarse el sostén. Sus pezones estaban erguidos, durísimos y lo único que deseaba Faye era poder lanzarse hacia sus brazos y chuparlos hasta el amanecer. Dios, pero qué vista...
—T-tócate — dijo Faye arrastrando las palabras.
Y lo hizo, Yoko se tocó los pezones, logrando ligeras ondas de placer recorriendo todo su cuerpo ante la satisfactoria sensación de sus manos y la mirada penetrante de Malisorn.
Faye gimió sin dejar de observarlas se iba a volver loca ante ese panorama. Sintió cómo su pene palpitaba de deseo debajo de la tela de boxer. Le dolía y juraba que la cremallera de su pantalón se rompería por la presión que hacía su polla, la cual exigía salir.
—Sigue, no pares. — gimió Faye con una expresión de placer en su rostro —Justo así nena, muy bien, me la pones muy dura
—¿Más aún? — rió.
—Así es...— y se acercó había ella para besarla hambrientamente.
Esta vez Yoko mi se resistió y me correspondió el beso. Enredó sus dedos en el largo y sedoso cabello de su tía, mientras que sus labios se movían rítmicamente, desatando una guerra de lenguas en el interior de sus bocas.
Faye la levantó tomándola de los muslos mientras que Yoko enrollaba sus piernas en sus caderas. Ella gimió al sentir su erección haciendo presión en su vientre. Sus labios jamás se despegaron. Caminando a la habitación matrimonial de su hermana , Faye la dejó caer delicadamente sobre la cama y terminó de desnudarse. Yoko se tensó cuando Faye le separó los muslos, acomodándose al medio de ella.
—No cariño, no te tenses. Porque te haré disfrutar.
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Una Tía Sucia [FayeYoko G!P]
FanfictionElla era extremadamente joven y Faye una cretina por posar sus ojos en ella. Luego de que la madre de Yoko Apasra junto con su madrastra hubieran decidido tomar unas vacaciones y que la dejaran a cargo de su tía, que por cierto venía con sorpresa in...