Una Tía Sucia [FayeYoko G!P]

Capítulo veintitrés

Yoko dejó los platos encima de la encimera y volvió hacia la mesa para recoger unos cuantos más. Faye hizo lo mismo. Nadie habló, retiraron los platos en silencio, actuaron como si estuvieran solas, ignorándose entre sí. La razón por la cual Faye no dejó que Tinh la ayudara fue simplemente por celos. Podía ser muy celosa cuando se lo proponía, y estúpida también.

Tragándose el miedo que sentía Yoko hacia su madre, ella se le acercó.

—Mamá — le dijo —No me siento bien, ¿Puedo volver a casa?

Freen gruñó.

—Está bien. — contestó de mala gana. No le gustaba que su hija se retirara antes de lo planeado ya que según ella, mostraba mala impresión. —Que Faye te vaya a dejar con mi auto. Becky y yo nos quedaremos un rato más.

Yoko solo asintió, temerosa de ganarse aún más el odio de su madre y se despidió. Al subirse al auto las recibió el silencio. Yoko miraba por la ventana mientras que Faye se concentraba en manejar.

Al llegar a casa, entraron y Yoko caminó con la intención de subir las escaleras, pero Faye la cogió del brazo.

—¿A dónde vas?

—A mi habitación, quiero dormir. — sacudió su brazo tratando de que la soltara, pero Faye no cedió —Suéltame.

—No lo creo. — dijo y la jaló hacia la sala principal —¿Por qué ese tal Tinh te estaba coqueteando?

—Le gustó hace años, pero no me agrada en lo absoluto. Por favor tía, no quiero seguir discutiendo. — le dijo con sinceridad, y es que no quería seguir con eso, que nada más le hacía más daño.

Pero Faye la ignoró.

—Necesitamos hablar

—No hay nada de qué hablar.

—Por supuesto que sí. Para empezar ese tal Tinh no me agrada.

Yoko se cabreó.

—¿Y a mí que me importa? Maldita sea, tía Faye, Tinh tampoco me agrada ni me gusta un poco por si te lo sigues preguntando. Ya vez yo le guste pero él a mí no.

Faye al final soltó. Yoko estaba roja de la rabia.

—¿Por qué te comportas así conmigo? Un día te haces la indiferente y ahora, de repente me hablas como si nada. — le preguntó Yoko.

—¿Qué quieres que te diga? Que odio que te acerques a Ize o a Tinh , que no soporto la simple idea de que otros idiotas te miren. Yoko temo que salgas con alguien a quien le gustes porque eres hermosa y cualquier persona caería rendida a tus pies siendo yo la única que quiere mirarte. — admitió y ella pudo notar el dolor en su voz —¿Eso es lo que quería escuchar?

Yoko se quedó anonada. Pestañeó varias veces, tratando de analizar bien sus palabras.

—Pensé que estabas enojada conmigo...

—Lo estaba, pero ya no. Joder Yoko, tengo miedo de perderte. — me confesaba.

—No te entiendo, ¿Por qué me dices todo esto?

Faye la tomó con brusquedad de los hombros. Por un momento, Yoko pensó que ella la iba a golpear y cerró los ojos. Pero no pasó nada, por lo que los volvió a abrir. La mirada de Faye era pacífica y en sus ojos transmitía algo que parecía terror. Y afe habló, pero para entonces no estaba pensando con la cabeza, sino con el corazón.

—Porque, te amo.