Una Tía Sucia [FayeYoko G!P]

Capitulo treinta y cinco

—Oh, no pasa nada, mi amor. — habló Becky, tratando de disimular su nerviosismo —Es solo que Yoko y Faye me contaban sobre una película que habían visto... ya sabes cómo soy, me emociono por todo. — se rió. Faye sonrió.

—Bueno. — Freen miró a su hija y frunció el ceño —¿Tú no deberías estar estudiando? Recuerda que mañana tienes clases particulares, y tienes que acostarte temprano.

Yoko puso los ojos en blanco. Aún así no se quejó y subió las escaleras, no sin antes dedicarle una última mirada a Faye quien la captó al instante. Mañana hablaría con ella.

—Cariño, ¿Por qué no subes y me esperas en el cuarto? Necesito hablar con P'Faye a solas. — le dijo Becky a Freen.

—Está bien. — besó suavemente sus labios y desapareció por las escaleras.

Solo entonces cuando Freen se fue, Becky miró a Faye y la obligó a que le prestara toda su atención.

—Escúchame bien, esto es lo que haremos. — habló Becky —Le diremos toda la verdad a Freen las tres juntas. Ni se les ocurra decirlo ustedes dos solas, quiero estar ahí para cuando lo sepa, ya conociéndola, puede armar todo un escándalo.

—Bueno. — suspiró Faye, pasándose una mano temblorosa por el pelo. Por poco Freen las descubre, pero por suerte se había tragado todo el cuento de Becky —¿Cuándo se lo diremos?

—En unos días más, entre más pronto mejor.

—Vale... — dijo y de repente una pregunta surgió por su mente —¿No estás molesta por todo esto?

—¿Por qué iba a estarlo? ¿De que te hayas enamorado, acaso? No te culpo por eso, P'Faye. — le sonrió —Jamás te había visto tan enamorada. — la miró fijamente, clavando sus ojos en los contrarios —Porque la amas, ¿Cierto?

—Más que cualquier otra persona en este jodido mundo.

Los ojos de Faye brillaron al pensar en Yoko. Becky sonrió. Una sonrisa amplia, sincera. Su hermana amaba a su hijastra, no lo podía creer. Esa mirada, lo decía todo. Becky no estaba enfadada con ella, claro que no, estaba orgullosa por su hermana, al saber que ella luchaba por lo que quería tener. Se daba cuenta, de que a pesar de que lo suyo sea un amor "prohibido", ella quería que fuera posible. La amaba y eso era todo lo que necesitaba saber. La felicidad de Yoko y la de Faye.

—Sabes que Yoko y tú, tienen todo mi apoyo. — dijo Becky, sonriéndole dulcemente.

—Gracias, eres la mejor hermana. — dijo ya la abrazó.

Todo había resultado mucho mejor de lo que pensó.