Capitulo ocho

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Yoko la siguió tras entrar a la casa. Escuchó la puerta principal cerrarse y fue hacia allá, pero para entonces, Faye ya se había ido a quién sabe  dónde. Suspiró frustrada y se dirigió a su habitación aguantándose las ganas de querer estrangularla.

Al día siguiente, Yoko se levantó temprano. Pasó por la habitación de Faye con la intención de arreglar las cosas, pero se encontró con la cama hecha, intacta y Faye no se encontraba en ningún lado.

—¿Tía Faye? — la llamó bajando las escaleras, pero nadie contestó. La buscó por la sala, por la cocina y hasta en el jardín, y aún así, no había señales de ella

No se encontraba en casa. Con los nervios de punta, optó por prepararse el desayuno sola. Luego se dió una ducha rápida y se vistió. Pasó una, dos... Tres horas y aún así Faye no llegaba. Se preguntó a si misma si había llegado a la casa la noche anterior a dormir. Sacudió la cabeza entre los pensamientos que se formaban en su mente y tomó sus cuadernos y libros del instituto para ponerse a estudiar. Al menos así lograría sacar a su tía de su mente.

Tiempo después, cuando Yoko se encontraba estudiando álgebra, le llegó un mensaje a su celular. Perezosamente estiró su brazo a través de la cama y lo alcanzó.

"Hey hámster, estoy a una cuadra de tu casa. En cinco minutos más estoy allá."

Yoko dudó un poco en responder, debatiéndose a sí misma en si debía salir con Ice o no. Por un lado no quería hacer enfadar a su tía, pero por el otro, no quería decepcionar a su mejor amiga. Habían estado planeando esto durante semanas y realmente veía a Ice emocionada por la idea de conquistar a Marissa.

Maldita sea su mamá Freen al momento de que se le ocurrió dejarla a cargo de su tía.

Apretó con fuerza el celular, sintiendo como la rabia se apoderaba de ella y contestó.

"Ya estoy lista. Te espero."

Se arregló, cogió su pequeño bolso y bajó más escaleras. Le escribió una pequeña nota a Faye, explicándole el motivo del porqué había salido. Después de todo, Faye sabría comprenderla. Dejó la nota pegada en la nevera y salió de la casa.

Sonrió al ver a su mejor amiga en el auto, esperándola. Se subió y la saludó con un beso en la mejilla.

—Hola, hámster — dijo Ice sonriendo. Una sonrisa dulce, teñida ligeramente con tristeza —¿Cómo estás?

—Mejor que tú al parecer — alzó una ceja —¿Te ocurre algo.

Yoko lanzó una maldición en voz baja, odiando que la conociera tan bien. Era indiscutible, Ice la conocía perfectamente, hasta en sus más íntimos secretos. Era la única persona en quien podía confiar.

Ella respiró profundamente, poniéndose las gafas de sol para ocultar la tristeza que reflejaba en sus ojos. Miró por la ventana.

—Me he peleado con mi tía.

Ice bufó.

Una Tía Sucia [FayeYoko G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora