Yoko e Ice entraron al centro comercial. Primero entraron a una tienda de vestidos y faldas, en donde Yoko eligió un vestido azul celeste, que hacían resaltar sus piernas tonificadas. Ice sin duda apuesta, con sus 23 años ya había logrado conquistar a media universidad y Yoko no se quedaba atrás, las dos eran inseparables, conocidas desde pequeñas. Mucha gente creía que eran novias, pero la verdad no iban más allá de una bonita amistad.
Yoko cruzó sus piernas, mientras se abanicaba con una revista y bebía de su Coca-Cola.
—Ya está todo listo. ¿Dónde opinas tú qué la invite a salir? — preguntó Ice bebiendo su jugo de naranja.
—Mmh... Se nota que Marissa es una chica sencilla, así que te sugiero que la invites a una cena, nada muy formal. — sonrió —Sí, muy romántico. Estoy segura que con eso bastaría.
Los ojos de Ice se iluminaron con un brillo especial, que ella notó.
—Espero que funcione de verdad, Yoko, esta chica me tiene loca.
—No te preocupes, todo saldrá bien. En menos de dos segundos tendrás a Marissa bajo tus pies. — sonrió sin mostrar sus dientes —¿Qué hora es?
—Las diez.
—Mierda. — masculló —¡Qué tarde es! ¡Mi tía me matará! — dijo tapándose el rostro con más manos.
—Tranquila, yo te llevo a tu casa — se levantó de la silla y dejó el dinero en la mesa para pagar sus bebidas —¿Vamos?
Ella asintió y ambas salieron del centro comercial. Al instante Yoko se colocó la chaqueta al sentir el frío de la noche rozar con su piel. Se dirigieron al estacionamiento y se subieron al auto de Ice. Al llegar a la casa de Yoko, se bajaron y se despidieron.
—Gracias por ayudarme con lo de Marissa, Yoko — le dijo Ice.
—No hay de qué — sonrió —Me llamas después para saber cómo te fué con ella
—Vale — sonrió —Cuídate hámster — besó dulcemente su mejilla.
—Igual, adiós.
Ice se subió a su auto y Yoko solo se movió cuando la vió desaparecer por las calles. Se giró y se cruzó de brazos, tratando de contener el calor. Caminó hacia la puerta principal de la casa y metió las llaves en la cerradura. Entró y la cerró. De repente, más luces se encendieron y apareció su tía al frente de ella sentada en el sillón. Tenía los puños apretados y un músculo palpitaba en su mandíbula.
—Llegas tarde. — su voz era dura y fría.
Yoko tragó saliva.
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Una Tía Sucia [FayeYoko G!P]
Fiksi PenggemarElla era extremadamente joven y Faye una cretina por posar sus ojos en ella. Luego de que la madre de Yoko Apasra junto con su madrastra hubieran decidido tomar unas vacaciones y que la dejaran a cargo de su tía, que por cierto venía con sorpresa in...