Una Tía Sucia [FayeYoko G!P]

Capítulo dieciséis

—Lo estamos pasando bien — dijo fingiendo desinterés —Un poco aburrido pero bien.

—Lamento que no puedas salir, cariño. Pero ya sabes como es tu mamá Freen — suspiró.

—Ella aún sigue enojada conmigo.

—Ya se le pasará - dijo, pero Yoko no le creyó ni por un segundo —Te prometo que hablaré con ella, haré lo imposible para que baje el castigo.

Yoko sonrió. Becky la quería a ella como si fuera su propia hija y había sido una estupenda madrastra desde que su mamá murió.

—Gracias, mamá Becky.

—No hay de qué cariño. Bueno, tengo que colgar ahora porque tú mamá y yo iremos a la playa. Mándale saludos a Faye.

—Está bien, que se diviertan. Adiós — y colgó.

Yoko se dió la vuelta y se acurrucó al lado de Faye. Malisorn suspiró cuando sintió la suavidad de sus pechos sobre su torso.

—Era Becky, te manda saludos — dijo acariciando su torso con la yema de sus dedos —Vuelven en dos semanas.

—Entonces hay que aprovechar estás dos semanas al máximo — la cogió de las caderas y la posicionó a horcajadas encima de ella.

—Me parece una estupenda idea — sonrió y se inclinó para besarla.

Y así fueron pasando los días. La mayoría de las noches Faye la tocaba, le hacía el amor. Y cada vez se había más claro el sentimiento que Malisorn tenía por Yoko. No era la atracción sexual o el simple cariño que le tenía a su sobrina, era mucho más que eso. Ella la amaba. Se había enamorado de la persona menos indicada de todo el mundo. Anhelaba el día en que pudiera llevársela lejos y hacerle el amor hasta el amanecer. Si han solo la hubiera conocido en otra situación y no por parte de su hermana todo sería diferente....

Yoko llegó corriendo a la sala principal. Se sentó al lado de Faye, quien veía televisión. Faye pasó su brazo sobre sus hombros, para así envolverla y acercarla más hacia ella.

—Tía Faye... — dijo ella, con la voz más tierna que pudo hacer.

—¿Sí? — dijo despegando la jirafa de la televisión para verla

—Sabes... — acarició su cabello y jugueteó un poco con este —Hay una fiesta en la noche, en la casa de los Austin.

Faye alzó una ceja.

—Y me imagino que quieres ir...

—Sí — besó su mejilla —Por favor — le dijo suplicante.

—Mmh... — pensó —¿Quiénes irán?

—Solo unos cuantos amigos de la universidad. Entre ellos estará Ize.

—Bueno, está bien. Pero regresas a las 10, como lo habíamos acordado.

—Tía Faye... — hizo un puchero

—¿Qué pasa?

—La fiesta es a las 7. ¿No me dejarías tú... Llegar a las 12? — preguntó delicadamente.

Faye piso cara de pensativa.

—Mmh... No lo sé.

—¡Por favor! — pidió —Portarme bien — dijo dándole doble sentido a las palabras, con una voz tan sensual que Faye se estremeció. No podía decirle que no con tremenda oferta.

—Te quiero a las 12 en punto aquí. Ni un minuto más.

Yoko sonrió, se lanzó a los brazos de su tia y la abrazó con todas las fuerzas que tenía.

—¡Te quiero! — y tan rápido como la abrazó, se separó de ella y desapareció por las escaleras.

Faye se la quedó viendo mientras subía por las escaleras. Negó con la cabeza al mismo tiempo que reía.