Una Tía Sucia [FayeYoko G!P]

Capitulo veintiuno

Becky no dijo nada por unos segundos, hasta que finalmente habló.

-Iré a hablar con tu mamá - de levantó pero antes de que pudiera caminar, Yoko la cogió del brazo.

-No, por favor. No quiero más problemas con ella.

-No te preocupes, Yoko. Si no he escucha a ti me tendrá que escuchar a mí.

Yoko sonrió.

-Gracias, mamá mamá Becky. No sé qué haría sin ti.

Faye salió del baño con un top y enrollada en una toalla blanca de la cintura para abajo mientras que se frotaba la cabeza con otra. Se detuvo en frente de la habitación de su hermana al escuchar que hablaba con Freen sobre Yoko prestó más atención. La puerta estaba entreabierta, no podía verlas, pero las escuchaba con claridad.

-Freen, por favor, Yoko ya lleva casi todas las vacaciones encerrada aquí en la casa. Tienes que dejarla salir.

-No lo sé, a mí no me parece suficiente castigo.

-¡Freen! - la miró enfadada.

-¿Qué? Es la verdad, Becky. El día en que Yoko suba sus calificaciones, ahí recién la podré perdonar - dijo firme.

Becky se aguantó las ganas de querer estrangularla. Era imposible, Freen no parecía ceder a la día de que su hija necesita disfrutar de sus vacaciones tanto como ellas lo hicieron.

-Por favor... Si no lo haces por mí, hazlo por su mamá.

El corazón de Freen se encogió. La muerte de la madre de Yoko era un tema sumamente delicado para ella, del cual no le gustaba hablar.

-Está bien, a partir de mañana Yoko podrá salir, pero no puede dejar de estudiar. - aclaró.

Becky sonrió.

-Bueno, algo es algo. A propósito, Heidi me invitó a una cena con su familia mañana. Hace mucho tiempo que no la veo y me gustaría que ustedes me acompañaran, ya sabes, Yoko, Faye y tú.

-Si es importante ñata ti, entonces iremos. - pasó su brazo por encima de sus hombros y la acercó a ella. Becky apoyó su cabeza sobre su pecho. -Está ese chico, el tal... ¿Tintin?

-Tihn - le corrigió -Es el hijo de Heidi, de seguro se pondrá contento cuando vea a Yoko.

Faye se tensó. Una oleada de celos invadió su cuerpo.

-A Yoko no le agrada ese chico.

-Bueno, sabes que desde pequeño siempre ha estado enamorado de Yoko. Ella necesita salir, conocer nuevos chicos, es joven y tiene que divertirse de vez en cuando. Ja estado muy triste últimamente, por eso acepté la cena, tal vez así este más feliz.

-Si tú lo dices - sonrió y se inclinó para besarla en los labios -Te amo.

-Yo más.

Faye retrocedió unos cuantos pasos de la puerta. No necesitaba escuchar más. Caminó y se detuvo en la habitación de Yoko y se le pasó por la mante la idea de abrir la puerta, tomarla entre sus brazos y hacerle el amor. Con esa fantasía en su mente, se alejó y se encerró en su cuarto.

Yoko se terminó de vestir. Se miró al espejo, pero no paga arreglarse, sino para verse a sí misma. ¿Desde cuándo se sentía vacía? Quizás, está el amor de Faye el cual le hacía falta...