Capitulo treinta y tres

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Faye tragó saliva.

—Necesitamos hablar contigo. — dijo Faye, aún sin soltar a Yoko de la mano. Caminaron y corrieron unas sillas para sentarse al frente de Becky.

—¿Sobre qué? — Becky se sacó sus lentes de lectura y los dejó con el libro a un lado.

—Eh... Sobre algo delicado. — Faye se rascó la nuca, nerviosa. ¿Acaso no se sentía tan segura de sí misma?

Faye miró a Yoko, pidiendo ayuda. Pero ella no hablaba. Permanecía en silencio, estaba ausente. El corazón de Yoko latía con violencia. Tiempo atrás había mentalizado su discurso, pero ahora, ni siquiera sabía que decir. Tenía un nudo en la garganta el cual la quemaba. No podía pronunciar alguna palabra y ya le estaba costando trabajo el poder respirar.

—Bueno, ¿Alguien me va a decir lo que pasa? Me están poniendo nerviosa. — dijo becky.

—¿Dónde está mamá? — logró formular la pregunta Yoko.

—Salió con sus amigas, ¿Por qué?

Yoko suspiró. Al menos su mamá no estaba en casa, y eso reducía los problemas.

—Bueno, la cosa es que... — Yoko tragó saliva. Respiró hondo antes de continuar —Faye y yo estamos saliendo... — musitó, casi en silencio, unas palabras que Becky no logró escuchar bien.

—¿Qué? Perdón cariño, habla más fuerte que no te escucho.

—Faye y yo estamos saliendo. — dijo más fuerte, y ahora Becky la escuchó con claridad.

El rostro de Becky palideció. Sus ojos se abrieron. El corazón de Faye martilló, preparándose para lo peor.

—¡¿Qué?! — gritó Becky, eufórica. No podía creerle, ¿Es que acaso su hermana tenía una relación con su hijastra? —Están jugando conmigo ¿Verdad? ¿Eso es lo que quieren, causarme un infarto?

—No. — dijo Yoko. Sintió cómo el piso se le movía, pero ahora qué había comenzado, no podía retroceder —Yo la amo. — miró a Faye, quien le dedicó una sonrisa débil.

—P'Faye, joder — Becky miró a su hermana, tan fríamente, que por primera vez ella se sintió inferior —Es tu sobrina, ¿Cómo pudiste meterte con una niña menor que tú?

—¡Faye no es mi tía! — exclamó Yoko, cansada. Agotada. Ya no lo aguantaba más, el simple hecho de que le dijeran que Faye era su tía la enojaba —Faye no es mi tía de sangre y jamás lo será. ¿Es que acaso no pueden aceptarlo de una puta vez?

—Oh Dios. Esto es una locura. — dijo Becky. Se pasó una mano por la frente nerviosa —¿Tu mamá sabe sobre esto, Yoko?

Ella negó con la cabeza, deseando que jamás lo supiera también.

—Becky. — esta vez habló Faye —Déjanos explicarte, por favor. Tan solo escúchanos.

Becky permaneció en silencio varios segundos, tanto fue el tiempo que Faye pensó que iba a estar todo jodido. Ella suspiró antes de hablar.

—Tienen cinco minutos para explicarme.



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Una Tía Sucia [FayeYoko G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora