Capitulo treinta y uno

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Faye puso los ojos en blanco una vez más. Yoko se la había pasado tirándola del brazo de una tienda a otra todo el día, tanto era que Faye juraría que te iba el brazo marcado por sus uñas. Faye sonrió cuando entraron a una de sus tiendas favoritas y al parecer todo el aburrimiento pasó. Lencería femenina.

—Mira, Faye. — Yoko tomó un sostén de lencería erótica y las colocó sobre sus pechos. —¿Cómo me queda? — dijo simpática.

—Se te ven estupendo, muñeca — habló con un chico que pasaba por ahí, al mismo tiempo que le sonreía traviesamente

—Gracias. — dijo Yoko y se quitó rápidamente el sostén para dejarlo en su lugar.

Faye observó al chico desaparecer por la sección de ropa interior masculina. Endureció la mandíbula y de repente sintió la necesidad de ir donde él y golpearle la cara. Aún así se contuvo. Miró a Yoko quien estaba entretenida viendo ropa. Era tan inocente, y se preguntó que si es que era consciente de todas las miradas masculinas y femeninas que estaban sobre ella. Yoko se agachó para recoger una prenda que se le había cuando Faye encontró a un chico mirándole el trasero.

—A la próxima que te vea mirándole el culo. Te romperé la cara por pervertido. — masculló Faye y cogió q Yoko del brazo, obligándola a qué soltara la ropa que tenía en las manos y sacándola de la tienda antes de que perdiera toda su paciencia.

—Faye, no me agarres así de la nada. — se quejó.

—Ya, lo siento, pequeña. — la soltó —Pero es que no me gusta que te miren tanto. Cualquier persona mataría por tenerte en su cama.

—No te preocupes, sabes que la única persona que podrá tenerme en su cama eres tú. — dijo y se paró de puntitas para besarla suavemente en los labios.

La mirada de Faye se volvió tierna cuando Yoko la besó. ¿Rs que Yoko no se daba cuenta de lo que producía en la gente?

—¿Eres una bruja. — gruñó Malisorn sobre sus labios.

—No soy ninguna bruja. — dijo Apasra inocente. Preciosa. Al mismo tiempo curvaba su labio inferior hacia afuera.

—Sí, lo eres. Una bruja que me tiene hechizada. — dijo y capturó sus labios con los suyos.

Yoko suspiró entremedio del beso, enamorada. Se sentía hermoso poder besarla en público y que nadie las mirara mal. Añoraba el día que le dijera a su mamá Freen sobre su relación y que esta se lo tomara bien. Aunque claro, sabía que sería algo imposible. Pero debía hacer el intento. La amaba y no dejaría que nadie la alejara de Faye. Malisorn rompió el beso y le regaló una sonrisa a Yoko, una de esas sonrisas que lograban derretirle el corazón.

—Ya se está haciendo tarde y le prometí a Becky llevarte a casa temprano. — tomó su mano y entrelazó sus dedos —Vámonos antes de que oscurezca.

Yoko sonrió y juntas caminaron hacia la salida del centro comercial.


Una Tía Sucia [FayeYoko G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora