Capítulo veintisiete

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Al llegar a la casa, Yoko subió más escaleras  para dejar las bolsas en su cuarto y ordenar la ropa. Faye caminó hacia la cocina, mirando a su hermana quien preparaba la cena.

—Hola P'Faye. — saludó Becky, al mismo tiempo que le echaba sal a la carne que yacía en el sartén —¿Cómo les fue?

—Bien, ya está todo comprado.

—¿Qué bien. — sonrió —Esperamos a Freen para comer, ya debe de estar por llegar. Por mientras, ayúdame a cortar los vegetales. — le señaló.

Faye se arremangó las mangas hasta la altura de sus codos y cogió un cuchillo para cortar el tomate sobre la tabla de madera.

—¿A dónde fue Freen? — preguntó Faye

—Fue a la universidad de Yoko para conseguirle clases particulares.

—¿Qué? — dijo y paró de cortar para observarla —¿Por qué? Si ni siquiera has entrado a la universidad aún.

—Se lo está pensando, P'Faye. Créeme que tampoco estoy de acuerdo con que Freen la presione tanto con sus estudios.

—¿Entonces por qué no haces algo al respecto?

—No puedo hacer nada. — suspiró —Freen es su madre, y no me puedo entrometer en la relación que tiene con Yoko.

—Claro que puedes. Eres su esposa, tiene que escucharte. — dijo, buscándola con los ojos.

Becky esquivó su mirada, débil.

—No es tan fácil.

—Sí lo es.

Se callaron cuando escucharon unas llaves entrar en la cerradura de la puerta principal, apareciendo Freen en la cocina.

—Hola Faye. — saludó Freen mientras se quitaba el abrigo. Faye solo ladeó la cabeza, en gesto de saludo —Hola cariño. — se dirigió hacia Becky y le besó suavemente los labios.

—¿Cómo te fue en la universidad? — dijo Becky. Notó a Faye tensarse.

—Bien, ya conseguí las clases particulares para Yoko. — sonrió —Por cierto, ¿Dónde está?

—Está arriba en su habitación ordenando sus cosas. — respondió Faye.

—Ya está lista la cena. — anunció Becky —Por favor P'Faye, llama a Yoko para que baje a comer.

Faye subió las escaleras en busca de Yoko y ambas bajaron a cenar. Mientras comían, Freen sacó el tema de la universidad.

—Hoy fui a tu universidad, Yoko — habló con naturalidad —Alégrate, porque te conseguí clases particulares.

Yoko casi se ahogó con el jugo que tomaba. Faye maldijo por lo bajo, mientras que lla miró sorprendida a su madre.

—Debes estar bromeando, ¿Verdad?

—Por supuesto que no, es por tu bien.

—Pero mamá. — se quejó —No quiero ir, aún mis vacaciones no terminan.

Freen la miró enfadada. Yoko se hundió en la silla.

—Irás, te guste o no, así para cuando regreses a la universidad sabrás más que todos tus amigos — lo dijo con brusquedad —Tus clases comienzan a partir del lunes

—¡Mamá! — exclamó, su cara estaba llena de angustia.

—Me lo agradecerás, hija, es por tu propio bien — trató de tomar su mano sobre la mesa, pero ella la apartó.

—No mamá, no tienes ni la más mínima idea de lo que es bueno para mí.

Freen iba a decir algo, pero antes de que pudiera abrir la boca, Yoko se levantó de la silla y corrió escaleras arriba hacia su habitación. No quería seguir escuchándola, no mientas que cada vez que hablaba era nada más para enfadarse con ella. Mientras hundía su rostro en el cojín, se preguntó que había hecho mal para ganarse su odio.

Faye miró a Freen desconcertada. Su mirada entristeció. Becky por otro lado permanecía en silencio mientras negaba con la cabeza. Faye corrió la silla hacia atrás, con la intención de levantarse pero Freen se lo impidió colocando su mano en su hombro.

—Déjala, Faye. Que no te dé pena.

Pero Faye no la escuchó y zafándose con movimiento brusco, Freen la soltó. Ella la miró petrificada. Faye la ignoró y se apresuró a subir las escaleras.

Una Tía Sucia [FayeYoko G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora