Capítulo 9 ┊ Heladas

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Yu Jimin — 27 de octubre de 2024

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Yu Jimin — 27 de octubre de 2024

No lograba entender qué rayos le estaba ocurriendo a Minjeong. Por alguna razón, aquel viejo y extraño libro rojo parecía haberla capturado por largos minutos, como si las palabras allí escritas fueran una gran hazaña. Para ser sincera, para mí continuaba siendo eso, un simple libro con hojas vacías.

Sus fuertes pasos huyendo de la casa de mi abuelo me tomaron por sorpresa, y sin darme cuenta, ahora ambas estábamos en el patio delantero, donde las hermosas flores y pequeños arbustos eran cubiertos por una gruesa capa de nieve propia del invierno.

Antes de que pudiera atravesar el portón, me apresuré en hablar.

—¡Kim Minjeong! Espera, ¿a dónde vas? —me detuve al notar cómo iba de un lado a otro soltando pequeños suspiros.

No debía ser muy inteligente para entender lo molesta que se encontraba. Incluso esos brillantes ojos rojos parecían hervir como una caldera en la llama encendida.

—¿No lo viste? ¿Qué, ahora dirás que estoy loca? —espetó frunciendo el ceño en mi dirección.

—Primero, relájate y no me grites —pedí acercándome lentamente hasta quedar a unos pasos de distancia.

Al parecer, mi petición la golpeó de repente, pues sus ojos, antes furiosos, ahora parecían arrepentidos. Lo confirmé cuando su fría mano intentó alcanzar la mía. Una vez que nuestros dedos se enredaron, jalé de su cuerpo solo para envolverla en un cálido abrazo.

—No sé qué está ocurriendo, pero estoy aquí —susurré con dulzura.

—Lo sé, siento haberte gritado, ese libro me tiene un poco alterada.

—Sabes, yo seguía observando páginas vacías, mientras tú parecías sumergirte en una curiosa lectura —admití apartándome para observar su encantador rostro.

En ese momento, un poco desconfiada por el entorno, comenzó a contarme cómo ese libro antiguo teñido del color de la sangre estaba asociado a la magia oscura de aquellos brujos. Al parecer, su padre era un antiguo brujo poderoso, quien se había asociado con Aurelius Blanchett. No sabía qué decir al respecto, porque si su padre era quien decía ese libro, significaba que mi novia era descendiente de las dos naturalezas más poderosas sobre la tierra.

—Hay algo que no entiendo —dije frotando suavemente mi sien.

—Dime.

—¿Cómo llegó ese libro a manos de mi abuelo? —me detuve suspirando mientras fijaba la vista en un gran bloque de nieve.

—Me gustaría saberlo, acaso ¿él...? Dime, ¿tu abuelo está involucrado con los Noctilus? —preguntó aterrada.

Sentí cómo mi corazón se hacía incluso más pequeño dentro de mi pecho, hasta mi loba parecía angustiada por esa idea, que ahora no parecía tan loca. ¿Quién era ese sujeto realmente? Yu Suno, ¿quién diablos eres?

Cruzada, Nieve y Caos [WINRINA 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora