Cruzada, Nieve y Caos [WINRINA 2]

Capítulo 44┊Planos

Yu Jimin — 8 de abril del 2025

Me paralicé en mi sitio, no sabía cómo me mantenía en pie.

Parecía como si el suelo bajo mis pies temblara enviando vibraciones en todas mis extremidades. Todo pasó demasiado rápido, Minjeong gritaba por ayuda mientras el tumulto de personas miraba aterrorizada.

Haerin lloraba causándome aún más temor. Antes de que pudiera decir o hacer algo, Adam arrastraba al vampiro hacia el ascensor. Su cuerpo se veía herido, más allá de simples líneas negras tenía cortadura que dejaban salir liquido negro, parecía que su esencia se descomponía frente a todos.

Las garras que se estiraban de mis dedos logró regresarme a mis sentidos, mi corazón latía desbordado en mi pecho. No podía transformarme teniendo a la bebé, pero mis músculos no obedecían a mi cerebro, parecían estar desconectados y actuando por su propia voluntad. Mi loba estaba sobrepasando el límite que nos mantenía en paz.

—¡Minjeong! —grité en un casi rugido.

La mujer de ojos rojos volteó al instante. Conté hasta tres cuando arrebató a la pequeña y la acunó contra su pecho. Yo me retorcía sobre el suelo luchando por respirar adecuadamente, pero luego de convertirme en vampira controlarme era una tarea en la que no tenía mucho éxito.

Mi visión se tornó borrosa y mis palabras sonaban como jadeos de un peligroso animal. Sentí una mano sobre mi espalda acompañada de un mensaje tranquilizador. Mi padre percibía el miedo en mí, y con su voz de alfa buscaba interrumpir mi transformación.

—Vamos cariño, piensa en los arboles siendo golpeados por el viento —sugirió recordándome el método que usábamos cuando era pequeña—. Imagina la brisa susurrando en tu oído, tu eres la loba, tu controlas a la loba.

De no ser por las rígidas baldosas que cubrían al suelo mis uñas hubiesen atravesado la delgada capa de suelo. Transformarse no era algo agradable, dolía como si me atacaran con navajas afiladas. Mi sangre ya no circulaba como antes, todos estos cambios solo complicaban las cosas.

Pero fue inútil, la ropa que llevaba en ese instante se expandió hasta quedar destruida. Allison lloraba sobre el suelo recordándome lo que estaba ocurriendo a kilómetros de aquí. La guerra estaba a solo dos horas, una carretera nos distanciaba de la catástrofe.

—Mi amor mantén la calma —dijo Minjeong caminando en mi dirección.

—Mantén distancia por ahora Minjeong —la sugerencia de Seungheon me tomó por sorpresa.

No era peligrosa para mi familia, no cuando ya era el animal de pelaje negro que corría bajo la luna. Al menos conservaba eso, pero no podía decir lo mismo de la transformación.

—Estoy bien, habla Allison

La vampira de ojos claros levantó la vista del suelo, mirando primero a su antigua líder, que sin dudar asintió a mi petición. Podía percibir el miedo que desprendía su piel, como si antes de pasar por esa puerta hubiese vivido un infierno.