Cruzada, Nieve y Caos [WINRINA 2]

Capítulo 29┊De regreso

Kim Minjeong — 18 de febrero del 2025

En realidad, no sabía que decir sobre la nueva información. Ese sujeto había fallecido pero su nieta parecía tomárselo bastante bien. Lo que agradecí ya que recién se comenzaba a recuperar de un prolongado parto.

Me parecía extraño eso del velo licántropo, pero luego de vivir cosas tan extrañas, ya me había inmunizado a las sorpresas. Que la sangre lunarix fuera la respuesta a la repentina aparición de cientos de brujos y brujas helaba mi sangre, mi novia e hija tenían lo que Agatha probablemente buscaba.

—Eso explica lo que Hailee me dijo aquella noche Jimin.

La loba acariciaba el pequeño pie de la bebé durmiente. Era una imagen adorable de ver.

—¿Qué cosa Min?

—La loca insinuó que Agatha necesitaría a nuestra hija al nacer —recordé suspirando.

Si algo tenía claro era que entrenaría aún más duro. Sí Suno falleció por mentir significaba que ya todos sabían la verdad. En cualquier momento tendríamos una guerra.

—¿No te preocupa? —murmuré con preocupación.

Los ojos de la alfa parpadearon lentamente, pero aún mantenía esa serena expresión que de cierta forma me reconfortaba.

—Estoy enojada en realidad —confesó mirando con dulzura a la pequeña— enfurecida, mi hija acaba de llegar a un mundo donde tu loca tía quiere asesinarnos solo por nuestra sangre.

—Lo siento.

Tal vez no dormir más de media hora en tres días y la falta de alimentos comenzaba a sensibilizarme más de lo normal. Pero era inevitable sentir que de cierta forma era mi culpa, si no me hubiese cruzado en la vida de Jimin tal vez no estaría en el foco del peligro.

—¿Lo sientes por ser una madre hermosa? ¿Por ser una novia encantadora?

Ojalá la magia celestial fuera tan poderosa para llevarnos a las tres al lugar más lejano del mundo, donde nadie pueda encontrarnos. Donde esa dulce voz que abrigaba mi cuerpo en el frío me dijera que estaríamos bien.

—Necesito dormir, lo siento me siento frustrada por todo esto —aseguré colocándome en pie dispuesta a darle momentos a sola con Haerin.

—¿Iremos a nuestra casa? —preguntó alzando su tono— me aburre esta habitación.

Aquello me llevó a recordar la extraña situación que viví en nuestro nuevo hogar. Por lo que negué contándole todo, una mueca se formó en su rostro.

—Pero tenemos la barrera Min, ¿segura no es porque no duermes?

Negué volviendo al asiento donde había estaba anteriormente.

—Entonces vayamos a tu suite, necesito salir de aquí.

Asentí sin rechistar mientras iba en busca de Adam para confirmar si realmente ya estábamos listas para abandonar los cuidados médicos. Según el aún era pronto, ya que la alfa estaba sufriente alteraciones hormonales con su lado animal. Pero Jimin se negaba rotundamente a permanecer aquí, estaba entre la espada y la pared. Por un lado, una demandante loba que no parecía querer ceder a las peticiones del médico, y un médico que aseguraba no ser momento.