¿Qué acaba de pasar?
Siento tranquilidad de ver a Asher bien, pero el remordimiento es más fuerte. El dolor de cada palabra y lo más doloroso es notar que cada vez es más real la pérdida.
Por un segundo pensé en irme, pero recordé a Aron.
No. Jamás podría volver a hacernos eso. Menos sabiendo lo que él ha hecho por mí.
Aron tomó decisiones dudosas, pero siempre terminó entendiéndolas. La vida es así, todos tenemos acciones que se ven muy mal según la perspectiva de alguien, pero a veces solo toca ser el villano.
Y algo que admiro de él, es que no teme ser el villano. No le teme a lo que pensaran los demás si es por amor.
Me demuestra lo real que es y me reafirma lo enamorada que estoy de él.
Salgo del ascensor en el piso del departamento de los chicos y ahí está Aron esperando cruzado de brazos. Al verme levanta las cejas con sorpresa.
- Te quiero tanto – avanzo rápido a donde está y lo abrazo. Él me envuelve en sus brazos otorgándome paz, la paz que necesito en este momento.
Aspiro su olor para poder guardarlo en lo más profundo de mis recuerdos. No quiero perderme ningún detalle.
Aron me da paz, pero me vuelve frágil e insegura de esa misma paz. Es extraño. La seguridad me la proporciona Asher.
Me encanta esto, pero somos los tres un complemento, no somos solo dos. Soy incapaz de decirlo en voz alta.
De lo que si soy capaz es intentar de que esto funcione.
- Vamos adentro – me lleva de la mano.
- Asher necesita tiempo.
- ¿Qué haremos? – cierra la puerta y se deshace de su saco junto con su corbata.
- Ya somos novios, ¿no? – sonrió – Supongo que ser novios, pero te lo advierto. Cómo te has saltado muchos pasos, quiero que me conquistes.
- Yo creo que ya te tengo conquistada. – sonríe maliciosamente.
- Nah, podría engañarte con tu hermano en cualquier momento. – Aron me fulmina y salgo corriendo al segundo piso. Bueno lo que se puede correr con este vestido.
- Muy lenta – se burla Aron al sostenerme por la cintura en el segundo escalón.
- Ya me quiero quitar este vestido. – me quejo.
- Será un honor – Aron rápidamente baja la pequeña cremallera detrás y los hombros del vestido caen.
- Aron – jadeo.
- Déjame quitarte este vestido. – Aron termina por bajar la cremallera y el vestido cae a mis muslos. Dejándome solo en ropa interior, un brasear negro y la parte abajo igual – Exquisita. – Acaricia con tranquilidad mis hombros y sus ojos azules no se despegan de los míos.
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Sin Conocernos
Teen FictionAparecieron en mi vida, y la pusieron de cabeza. Más de lo que ya lo estaba. Asher y Aron, mi jodida perdición.