Capítulo 48 | Un héroe

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Adam

Hace dos años.

Dakota sigue encerrada en la habitación del hotel y yo no se que mas hacer. Me estoy volviendo loco.

Han sido meses difíciles y se ha ganado mi corazón. No habla casi nada, pero cuando lo hace me hace sentir afortunado.

No me imagino el dolor que debe de estar sintiendo, pero con tan solo verla ya me hago una idea.

Ya no hay rastro de la hermosa pelinegra de ojos azules brillantes que se subió a mi carro a la fuerza.

Claro que sigue siendo hermosa, eso nunca va a cambiar. Pero no es la misma.

Se ve apagada, como muerta.

Sigo sin entender cómo terminamos juntos en New York, pero cada vez que la veo me es imposible alejarme.

Es mi debilidad.

Han pasado diez meses desde que huimos y es el mismo tiempo en el que ella está encerrada en esa habitación.

Desde que entró no ha vuelto a salir.

He decidido tomarme estos meses para sacarla de ahí.

La obligó a comer y bañarse. Y cuando yo no estoy, viene Noah.

Se que apenas la conocía, pero ahora después de tanto, soy incapaz de dejarla.

- Hora de desayunar. - abro las ventanas de su cuarto dejando que entre luz y me obligo a sonreír al verla.

Dakota está metida debajo de las sábanas con los ojos cerrados.

Sé que está despierta.

- Vamos Waldorf, te pedí una ensalada de frutas deliciosa. - me siento a su lado y ella me deja ver el azul de sus ojos.

- No tengo hambre.

- Tienes que comer algo, ayer no comiste nada. - la jalo de los brazos y ella se deja levantar como un trapo.

- Yo solo... - empieza a llorar y al instante mi cuerpo la atrapa en un abrazo.

- ¿Qué pasa?

- Lo necesito, necesito que Gregory vuelva.

Esto nuevamente.

- Dakota él no va regresar. - intento razonar, pero eso la derrumba.

- Lo sé Adam. Y eso es por mi culpa.

- No lo es.

- Lo es. - se aferra a mí con fuerza. - Él salía con una chica, yo vi sus cosas en su carro y me moleste. - intentó entender, pero no lo logró. - Me ardió el que ya no fuera la única para él, por eso le di una esperanza cuando yo ya sabía que no lo iba a elegir.

- Dakota. - solo la acaricio.

- ¿Entiendes? - me mira desesperada con los ojos rojos y las ojeras marcadas. - Por eso fue mi culpa, yo sabía que él me amaba y me aproveche de eso para alimentar mi toxicidad.

- No fue tu culpa. - estoy seguro de eso.

Ese juego se juega de a dos.

Y por todo lo que me ha contado Dakota sé que ellos tenían una relación demasiado tóxica e intensa que se disfrazaba de amistad.

Ninguno fue consciente de eso y seguramente no fue la intención de ninguno de los dos.

Solo desearía que Dakota se deje de culpar.

- Si no lo fue. ¿Por qué siento tanta culpa? - me mira tumbando cualquier muralla en mi.

- Solo es dolor. - la acarició limpiando su rostro.

Sin ConocernosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora