Capítulo 52 | Mal presagio

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Dakota.

¿Conocen esa extraña sensación de que algo va mal?

Pues es lo que ahora me invade completamente. Mi cuerpo está alerta y mi piel erizada sin razón alguna.

Llevamos algunas horas en el jet y me es imposible dormir. De mi cabeza no salen las palabras de Noah.

"Es delicado."

"Solo no me odies."

¿Qué mierda significa eso?

- ¿Por qué frunces el ceño? ¿Qué tiene esa cabecita? - Asher me acaricia con delicadeza.

Todos están dormidos y los únicos despiertos somos nosotros. Yo por el dolor de cabeza y mi novio porque está trabajando en su laptop.

- No es nada, solo no puedo dormir. - busco su mirada y mi cuerpo reacciona al instante.

Lleva lentes, maldita sea. ¿Cómo alguien se puede ver tan bien con los lentes para leer?

Cierro su computadora de golpe y lo jaló contra mi.

Maldita sea, no puedo dejar de apreciar lo ardiente que se ve.

No se si estoy ovulando o qué mierda me pasa, pero no me puedo controlar.

- ¿Qué pasa, corazón? - Asher sonríe al sentir como mis dedos recorren su cuerpo.

Me fijó en sus ojos verdes y sonrió pasando mis dedos por su cabello.

Hay algo que va mal, porque no es posible que solo por eso le tenga tantas ganas. Me estoy derritiendo por él.

- ¿Desde cuándo usas lentes? - sonrío cuando compruebo que mis amigos están dormidos y Aron también. - Pareces el maldito Superman.

- ¿Te gusta? - me río al notar que ya me atrapo.

- Es más que eso, quiero que los uses siempre. - me prendo de su boca y la maldita sensación no hace más que empeorar.

Me aferro con fuerza a su cuerpo y me llenó de su olor. La sensación de tenerlo para mi es tan placentera.

Sus labios me abren con firmeza y su lengua busca en mí, como si me reclamará como suya.

- Me gustas así; caprichosa, obsesiva y loca por mi. Tú solo pide.

Me vuelve loca tan solo pensar que lo veré mas de esa forma y no logro entender como voy a mantenerme alejada.

Una punzada de celos se hace presente y cambió de idea.

- No, solo quiero que los uses conmigo. - lo muerdo reafirmando que es mío.

Maldita sea, no se de donde vienen tantas hormonas. Me siento un manojo de sensaciones.

Estoy tan caliente que no pienso mucho y acaricio su bulto sin vergüenza.

Me pertenece.

Un gemido suave sale de él y lo atrapo con mis labios.

Desquiciada meto mi mano en su pantalón y sobre el bóxer lo empiezo a acariciar.

Despego mis labios y me concentro en su mirada.

Lo débil y caliente que está por mi me levanta el ego. Una cosa es escuchar a desconocidos decirte palabras bonitas, pero no hay nada como ver al hombre que amas y deseas, deshacerte por ti.

- Corazón... - murmura por lo bajo y asiento con una sonrisa. - Salgamos de aquí.

Asher se levanta con cuidado y me toma de la cintura para acompañarlo.

Sin ConocernosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora