22. Un Plan Retorcido

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POV Narrador

Víctor Hernández, vicepresidente de la compañía, era un hombre simple, lo único importante para él era el mismo. Cualquier cosa que le brindará lo que deseaba era aceptada y realizada a la mayor precisión.

El día en que Hilary Merckel se le acercó en el estacionamiento de su trabajo como un demonio buscándolo para que firmará un acuerdo por su alma no dudó mucho en aceptar la asociación. Su única misión era sembrar una pizca de duda, solo una grieta en la confianza de Christopher Cabrera que destruiría el altar que había construido, había durado mucho siendo protegido y mimado, tanto que era imposible encontrar errores en su persona, pero había llegado la hora de tumbarlo.

Había buscado a los socios primero, informándoles sobre la filtración de la información de sus clientes, un movimiento nada caballeroso, pero nunca se había descrito de tal manera. Si tenía que atacar por la espalda lo haría.
Los socios mayoritarios organizaron una reunión de emergencia en la cual Christopher debería de responder sobre sus supuestas acciones y descuidos y era el trabajo de Víctor informarle al futuro ex presidente de la compañía sobre la misma.

"Esto es sumamente delicado, si la información que tenemos es verídica, estamos al borde de una crisis" recordaba con tanta euforia las palabras de uno de los socios, saboreando el futuro que casi podría sentirlo entre sus dedos.

- Ella no sería capaz de esto – Christopher aventó los papeles que Víctor le había entregado momentos antes – Esto no demuestra nada.

- Señor, con todo respeto, las pruebas son innegables. – se acomodó la corbata para distraer el temblor de emoción en sus manos. Estaba disfrutando del momento – Encontraron sus huellas en el sobre que contenía la información confidencial y las fotos donde se lo entrega al asistente de Arturo Merckel. Además, ella ha estado aquí, en su oficina. Seguramente consiguió acceso a su computadora e incluso a su propia casa.

- No – la frialdad de Cabrera esta terrorífica, pero Víctor se recordó que pronto no sería nadie.

En cuanto a Christopher, él no permitiría que el nombre de Elizabeth fuera manchado y menos dejar que esas falsas acusaciones envenenaran sus pensamientos.

- Si me permite Señor Cabrera, yo no creo que la señorita Zamora sea capaz de ... – Javier, quien había permanecido en silencio en una esquina siendo testigo de todo abrazaba con fuerza su Tablet, lo que estaba escuchando también le estaba afectando a su estado de ánimo, después de todo Lizzie era como una nueva amiga.

- ¿Quién diablos te preguntó a ti?, Christopher escúchame... - Víctor nunca había pronunciado el nombre de su jefe, después de diez años trabajando juntos, hacerlo era igual que una sentencia de muerte, pero eran tiempos desesperados y tenía un objetivo que cumplir. – He trabajado para ti por muchos años, esta empresa también es mía. Me importa el futuro de NOVA. Hemos luchado mucho por conseguir el lugar donde estamos y esa mujer... ella acabará con nosotros. ¿Crees que en realidad no le importó que afectaras a su familia? prácticamente los destruiste y los dejaste en la calle. Como destruyeron a tu padre. – Sabía que esa última frase era un golpe bajo, pero nada lo detendría en este momento. Observó como su jefe empuño sus manos en ira y pudo jurar que vio algo romperse en su rostro.

- Fuera – la voz de Christopher era tan baja que era casi imperceptible, pero fue suficiente para que todos dejaran la oficina con rapidez. Respirar profundo no sirvió para controlar el temblor que consumía sus manos así que optó por enterrar su rostro en sus palmas. Sentía que perdía el control, estaba repasando en su mente todos los momentos que pasó con ella, cada broma, cada caricia cada momento de sinceridad... supuesta sinceridad.

¿Cómo podrían ser falsos? ¿En qué momento inició su odio? ¿O es que siempre había existido y decidió ignorarlo como todo un estúpido?

Recordó el día en que Elizabeth vino a su empresa para regresarle los papeles que había dejado en su casa... esa primera noche. Él había planeado eso, encontrar la forma de que ella conociera su oficina, mostrarle todo, mostrarla ante todos para que supieran que ella estaba con él. Pero ese mismo día la dejo sola por más de media hora, ese día dejo su laptop en el escritorio y no fue la única ocasión. ¿Podría haber sido posible?

Esa mañana había recibido una llamada de su abogado para informarle que los estaban chantajeando para llegar a un acuerdo legal. Los socios recibieron una oferta a espaldas de su presidente, el trato consistía en que destituyeran a Christopher y retirar los cargos contra Merckel a cambio de que la filtración de la información dejaría de ser un problema para NOVA Tecnologies. De lo contrario irían con la competencia.

Christopher se obligó a enfriar su mente y encapsular todos aquellos sentimientos complicados que no lo dejaban pensar. Deberían creer que era un idiota si se creían capaces de amenazarlo, era momento de terminar con todo de una vez por todas. Pero primero, tenía que confrontar a los cobardes que conformaban su junta directiva y después... Elizabeth. 

UN POCO MÁS QUE ORDINARIOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora