POV Elizabeth
Transcurrió un mes desde que pedí vacaciones, muchas cosas habían sucedido en un corto plazo de tiempo que necesitaba con urgencia darme espacio para analizar y aceptar todos los cambios. Al final, terminé por aburrirme. Siempre fui una persona activa que necesita sentirse productiva y más de unas semanas en insolación podrían llevarme a la locura si no regresaba al trabajo.
- Estoy tan feliz que estés de regreso – Diana me recibió con un fuerte y cálido abrazo, más que lista para ponerme al corriente con los datos más interesantes de la oficina que me hubiera perdido – Todo ha sido tan aburrido sin ti ¿Cómo te fue?
- Era justo lo que necesitaba – sonreí genuinamente – espero que no hayas tenido problemas en mi ausencia.
- No te preocupes por eso, ya era hora que tomarás un descanso, no recuerdo la última vez que tomaste tiempo para ti. Aunque ya sé la razón, este lugar no funciona sin ti. ¿lo sabías? No te imaginas el humor que se cargó el Sr. De la Garza.
Claro que me lo imaginaba, después de los primeros días me vi obligada a apagar el celular para dejar de recibir sus llamadas preguntando cosas de las cuales ya tenía las respuestas, me había encargado de dejar todo preparado a su equipo, pero le gustaba confirmar conmigo hasta cinco veces la información.
- ¿Hay algún pendiente? – no pude evitar observar la caja de cartón llena de correspondencia sobre su escritorio, reconocía varios sobres sólo con la vista. Diana siguió mi atención suspirando derrotada.
- ¿Por dónde empiezo? Toma – me extendió una taza de café y una bolsa con lo que adivinaba era un muffin de chocolate – yo llevo la caja a tu oficina.
Diana extendió las miles de cartas, notas y mensajes de los proyectos y clientes en pilas distintas en mi escritorio, ordenado por prioridad para que se pudiera resolver todo con mayor eficiencia. Todo esto, sin contar los correos electrónicos sin abrir que me estaban esperando en mi computadora. Me tomaría días ponerme al corriente, pero la sensación de que regresé a mi elemento me envolvió como un manto de calma. Extrañaba esto.
Las palabras Tierra Cobalto resaltaban en la pila de mayor importancia, al parecer Christopher se había negado a trabajar con mi suplente esperando mi regreso. Cancelando reuniones con su equipo y el nuestro por lo que cualquier avance en su proyecto tuvo que ser detenido indefinidamente. Me había enterado de que mientras estuve ausente todo lo de la demanda fue resuelto, Enrique tuvo razón al decirme que era cuestión de días para que los abogados de NOVA aprovecharán la situación y lograrán cerrar el caso sin ningún tipo de sorpresas.
Diana me informó que hace unas semanas que Christopher vino personalmente a buscarme, desconocía si me encontraba lista para volver a verlo, le había dado la opción de un nuevo equipo para que no tuviéramos que toparnos, una salida fácil y educada para ambos, pero al rechazarla la necesidad de entablar una conversación renació, aunque fuera puramente profesional. Esto podría ser bueno, después de todo, le había hecho una promesa a los exdueños del viñedo de que estaría involucrada.
- Tengo entendido que el equipo terminó la planeación la semana pasada de Tierra Cobalto ¿cierto?
- Correcto, pero no fue presentada oficialmente, prefirieron esperarte para que dieras tu punto de vista. Dijeron que eras quién conocías mejor el proyecto.
- Seguramente hicieron buen trabajo, pero aun así me gustaría ver los cambios. – Busqué la carpeta con el resumen corporativo mi atención dividida en múltiples pendientes a la vez – Por favor comunícate con el equipo de NOVA para informarle sobre mi regreso, ver cuando podemos reunirnos esta semana.
ESTÁS LEYENDO
UN POCO MÁS QUE ORDINARIOS
Romance- Sube- me dijo con tono seco y demandante - ¿disculpa? - Te llevare a donde necesites- segunda frase completa, bien por él. Pero seguía siendo un extraño - No, gracias, estoy bien- sonreí, se me quedo viendo como si hubiera hablado un dialecto desc...