El horrible sonido de mi celular me despertó sacándome agresivamente de una de las mejores noches de sueño de mi vida. Me levanté como pude para buscar el origen de la llamada, no recordaba donde arrojé mi celular la noche anterior ya que estaba ocupada en cosas más interesantes. Era malditamente temprano, las nueve de la mañana no era hora decente después de haber planeado despertarme hasta la hora de la comida.
Mi celular estaba en la mesa del comedor, no sabía cómo había llegado ahí ni me importaba mucho, contesté sin ver quien sería la persona a la cual dirigiría mi enojo.
- ¿Te desperté? – diversión invadía toda su voz, evaporando mi molestia al imaginármelo sonriendo en su oficina.
- Buenos días – se podía notar la ronquera en mi voz que no pasó desapercibida ya que una leve risa se escuchó al otro lado.
- Lo siento por interrumpir tu sueño, pero ocupo pedirte un favor. – el sueño nublaba mis reacciones, por lo que solo contesté con un sonido extraño – Tomaré eso como un sí – volvió a reír- Se me olvidaron unos papeles en tu departamento, tengo una reunión en cinco minutos y no puedo ir por ellos, mandaría a alguien, pero su contenido es sensible... ¿Crees que podrías traérmelos? ¿Por favor?
La palabra sensibles que era lo mismo que confidencial, eliminó la somnolencia, tenía una misión, además de que era el primer favor que me pedía, no era del tipo de hombre que pide ayuda fácilmente, o eso creía.
- ¿Para qué hora los ocupas? –
- ¿Puedes venir en una hora?
- Claro, mándame la dirección de tu oficina – su risa regresó
- Yo aquí pensando que ya me investigaste como una persona normal y conoces donde está mi trabajo
- ¿Las personas normales hacen eso? – me recogí el pelo enredado en una coleta para quitarlo de mi rostro.
- Siempre, suelen venir sin invitación. – Su resignación era evidente.
- Eso no suena muy educado de su parte, pero si te da paz mental puedo investigarte...
- Te mando la dirección, cuando llegues dices en la recepción tu nombre, te estarán esperando para guiarte a mi oficina.
- ¿Entonces no te investigo? – -Podía sentir su sonrisa como si estuviera justo a mi lado.
- Te veo en un rato Elizabeth... Gracias – colgó
Al lado de la puerta estaba el portafolio negro de piel, recordé como los había cargado durante toda nuestra travesía a las afueras de la ciudad, me permití pensar que se les olvidaron por estar pensando en nuestra noche, aunque claro, también podría haber sido por las prisas, pero preferiría quedarme con la idea más romántica.
Confirmé que hubiera papeles en su interior con mucho cuidado de no leer su contenido, me había dado su confianza y quería respetarla.
Después de tomar un baño entré en crisis. Iría a la empresa de Christopher, el lugar donde era el jefe de todos. Los nervios empezaron a formar un nudo en mi garganta ¿Cómo diablos debería de vestirme?
Terminé optando por un estilo no tan formal ni casual, un punto medio se sentía la decisión correcta, después de todo solo iba de pasada. El vestido azul me llegaba arriba de las rodillas y los botines negros tenían un tacón ancho que amaba con locura por su comodidad. Dudaba mucho que pasará mucho tiempo en su edificio, seguramente tenía juntas a las cuales atender y cosas que resolver ¿No?.
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UN POCO MÁS QUE ORDINARIOS
Romance- Sube- me dijo con tono seco y demandante - ¿disculpa? - Te llevare a donde necesites- segunda frase completa, bien por él. Pero seguía siendo un extraño - No, gracias, estoy bien- sonreí, se me quedo viendo como si hubiera hablado un dialecto desc...