27. Mi Girasol Favorito

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Elizabeth, mi pequeña Lizzie.

Si estás leyendo esto supongo que ya no estoy presente en tu vida y lamento mucho no poder seguir viéndote crecer, pero quiero que sepas que tu existencia es de los mejores regalos que el universo me concedió. Ser tu padre fue mi mayor triunfo.

Estoy agradecido porque fui testigo de tus primeras palabras, de tus primeros pasos, de tu primer sueño e incluso de tu primera pesadilla donde buscaste consuelo en mis brazos, sin saber que mi mayor consuelo eras tú.

Verte siempre con tu sonrisa tan llena de inocencia, verte ser tan obstinada con lo que te propones y con tantas ilusiones por el futuro me hace querer vivir mil años solo para seguir siendo testigo de tu grandeza. Sin embargo, todos sabemos que la vida nunca es como se planea y por eso mismo, prefiero ser prudente y garantizarte un futuro brillante, aunque no esté a tu lado.

Esta es mi oportunidad para despedirme, aunque ten por seguro que sé que mereces más que una carta. No sé cómo ni donde pasó, no sé cómo te hayas enterado ni como reaccionaste, pero espero, que el dolor no nuble tu juicio ni tus días. Me destruye el pensar que sufrirás y ser incapaz de consolarte. Siempre has tratado de ser quien cuida de todos, de tu mamá y hermano, aunque ese no sea tu trabajo. He visto que pones siempre las necesidades de los demás sobre las tuyas y que descuidas tu vida para que los demás se sientan cómodos con las suyas, pero amor mío, tu mereces ser amada, consolada, que cuiden de ti.

Mereces poder ser egoísta y ver por ti primero si eso significa que serás feliz.

Se tu prioridad número uno, dos y tres. Gira con el sol siguiendo tus objetivos y busca la paz que tanto anhelas. Conociéndote sé que estarás bien, con o sin mi ayuda lograrás ser tan grandiosa como te lo permitas y tan gigante como te lo propongas.

Te amo, te quiero, y si resuelvo los misterios de la muerte ten por seguro que te estaré apoyando en cada paso que des.

Siempre serás mi girasol favorito.

- Papá

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