Al llegar a la mansión todo empeoró, Ángel había despertado y gritaba con todas la fuerza de sus cuerdas vocales por el dolor mientras luchaba. Félix mantenía su agarre firme evitando que se lastimara ignorando los golpes y rasguños en su piel manteniéndose inexpresivo, pero en sus ojos se reflejaba todo su sufrimiento debido al estado de su pareja.
–¡¿Dónde esta el médico?!.–Grito el marqués abriendo bruscamente la puerta de la habitación del doncel haciéndose a un lado para que Félix entrará y se sentará en la cama.
–¡Aquí estoy!.–Con la respiración agitada entro en la habitación un señor barbudo con una bata blanca y un, a simple vista, pesado maletín que por los descuidados movimientos se escuchaban los frascos chocar.
–¡Apresúrate!.–Desesperado le regañó el marqués mientras lanzaba un puñetazo a la pared más cercana, por la frustración.
–¡S-i!.–Con las manos temblorosas el médico dejo su maletín en el suelo antes de activar su magia de detección cubriendo el cuerpo del doncel.
Su magia de detección era simple pero muy útil, al activarla en el cuerpo de alguna persona podría saber dónde y que tipo de sustancias o heridas internas estaban ocultas bajo la piel. Normalmente después de unos segundos encontraba el problema pero el cuerpo del doncel estaba limpio. No comprendía, tenía muchos años de experiencia acumulados pero nunca se había encontrado un caso así.
–Señor...en el cuerpo de su hijo no hay nada...–Informo con pesar desactivando su magia.
–¡Eso es imposible!. ¡¿Entonces por qué Ángel esta sufriendo y sus ojos están sangrando?!.–Con furia contenida el marqués le reclamaba al hombre mientras sus ojos lo devoraban.
–Félix...–Un débil murmuró interrumpió su regaño, el doncel había dejado de luchar respirando entrecortado por su debilidad.
–Pronto te sentirás mejor Ángel solo no te duermas.–Susurro tranquilo el leopardo acariciando sus desordenados cabellos plateados asegurándose de trasmitirle calma.
–Me duele mucho el cuerpo, ¿Fui envenenado?.–Murmuro con los ojos entrecerrados sintiendo correr por sus mejillas su espesa sangre.
–No fuiste envenenado pronto te sentirás mejor te lo prometo.–Dejando con cuidado al doncel en la cama depósito un suave beso en su frente antes de voltear y dejar salir su instinto asesino contra las personas indeseadas, dándoles un claro mensaje de advertencia.
–Félix...–Sin dejarse intimidar el marqués confronto al leopardo a pesar de su cuerpo tenso.-¿Qué significa todo esto?.
–Me haré cargo a partir de ahora marqués Ciel, cuando Ángel este fuera de peligro iré a conversar con usted.–La presión en la habitación aumento mientras se veían fijamente a los ojos.
–Si mi hijo muere te torturare hasta que dejes de servirme.–Con está advertencia el marqués se retiró junto al médico y los sirvientes cerrando la puerta detrás suyo.
Félix suspiró frunciendo el ceño irritado por su propio descuido, había llevado a Ángel al lago con el objetivo de liberar las ataduras en su alma sin considerar que tan fuerte eran. Su pececito estaba sufriendo debido a su error, era imperdonable, el que debería sufrir el dolor era él. Pero no podría deshacer lo hecho, solo le quedaba apoyar a su pareja hasta que todo terminara.
Movilizándose Félix fue al baño para tomar en un recipiente agua y una toalla, con el objetivo de limpiar el cuerpo del doncel. Con gentileza limpio sus mejillas ensangrentadas vigilando su entorno alerta de cualquier intento de amenaza. Ángel había perdido la conciencia nuevamente pero parecía que el dolor había disminuido, aunque aún no podía relajarse. Mientras tanto en el cuarto de Mairen el marqués la interrogaba.
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𝖀𝖓𝖎𝖉𝖔𝖘 𝖕𝖔𝖗 𝖊𝖑 𝖉𝖊𝖘𝖙𝖎𝖓𝖔. [𝕿𝖔𝖒𝖔 𝖀𝖓𝖔]
FantasyÁngel Dynasty's un hermoso doncel, que tras vengar a sus padres y ser asesinado junto con el jefe de la organización que los mató renace en un mundo diferente perdiendo los recuerdos. Un accidente hace que los recupere cambiando su horrible destino...