𝖀𝖓𝖎𝖉𝖔𝖘 𝖕𝖔𝖗 𝖊𝖑 𝖉𝖊𝖘𝖙𝖎𝖓𝖔. [𝕿𝖔𝖒𝖔 𝖀𝖓𝖔]

✧Episodio 03✧

A penas llegar a la mansión Noah se llevó rápidamente al sujeto encapuchado, mientras que Anna con ayuda de otros sirvientes cargó las compras a la habitación del doncel. A excepción de las bolsas con los libros y minerales, ya que Ángel no permitió que algún sirviente se lo llevará.

–Anna ve a ayudar al señor Noah, yo terminaré de acomodar todo.

Ordena impaciente el doncel dejando sobre la cama lejos de las curiosas miradas de los sirvientes las bolsas. Anna notando el estado de su maestro decide obedecer en silencio, marchándose junto a los otros sirvientes. Segundos después Ángel cerró con seguro la puerta y las cortinas, para prevenir ser espiado.

–Este mundo no es muy desarrollado pero aún así eres de mucha ayuda.

Él debido a ser un híbrido pudo desarrollar más de una habilidad especial semejante a las de sus padres. No sé arriesgaría a ser descubierto por contratar un herrero para fabricar sus abanicos, planeaba fabricarlos él mismo con su habilidad especial. Está consistía en unas pantallas holográficas que aparecían a su alrededor junto a un teclado medio translúcido. En su anterior vida su habilidad fue muy útil para encontrar a sus enemigos, pero como este mundo no era muy desarrollado solamente podría utilizar su función de la fabricación y mejora.

Hacer un arma era complicado debido a que debía describir hasta el mínimo detalle. Pero este no era tan molesto para el doncel, que con rapidez comenzó a teclear palabra por palabra. Minutos después, una vez que terminó la descripción del arma, sacó de la bolsa los minerales anteriormente comprados mientras con una leve sonrisa observaba como se convertían en partículas que eran absorbidas casi al instante. Cada arma o objeto que eran fabricados necesitaban cierto tiempo para su creación, el cual aumentaba o disminuía en dependencia del material seleccionado.

–Tres días.–Leyó en voz alta viendo fijamente la pantalla frente suyo.

Al parecer Noah había escogido un material bastante resistente para las supuestas dagas. Algo muy bueno para él ya que sería capaz de fabricar un par de abanicos perfectos para defenderse. Además podría aprovechar los siguientes tres días para comenzar a aprender de los libros y ejercitar su cuerpo.

–¿Jóven maestro?.–Unos toques en la puerta lo alertaron, que con prisas desactivó su habilidad.

–¿Qué sucede?.–Pregunta mientras se apresuraba en ocultar los libros y abría las cortinas.

–El señor Noah me ordeno informarle que el esclavo comprando termino de ser tratado.

–¿En dónde está?.–El doncel se apresuró en abrir la puerta sorprendiendo al sirviente, que algo nervioso comenzó a guiarlo.

Bajo la guía del sirviente llegó hasta uno de los hermosos jardines de la mansión, donde a lo lejos percibió a Noah junto a un hombre encapuchado. Los dos sentados uno frente al otro con una mesa llena de bocadillos de por medio. Ángel impaciente apresuró el paso dejando detrás al sirviente, que suspiro tenso.

–Señores.–Al estar frente a ellos el doncel saludo cortésmente.

Aunque no entendía porque aún el hombre se encontraba encapuchado, decidió no preguntar y esperar que la respuesta llegará por si sola.

–Quédese aquí y coma algo mientras informo a su padre, no se preocupe por él.–Avisó Noah levantándose y ofreciéndole su asiento con su neutra expresión.

Ángel con un bajo gracias se sentó analizando a la persona frente suyo. Era fácil pensar que era un criminal o esclavo por la forma tan grotesca que fue tratado. Pero su impulso por salvarlo antes que fuera asesinado era más fuerte que su lado racional. No sé arrepentía de sus acciones, detener ese inhumano trato era lo correcto.