✧Episodio 23✧

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Dichas palabras causaron que las risas estallaran. Ángel reía tan fuerte que su cuerpo termino inclinado hacia adelante. No podía creer lo que escucharon sus oídos. ¡Esa fue la pregunta más absurda hecha por esta chica!. ¿Enserio aún no sabía sobre la verdadera identidad de su prometido?.

–Puedes responder lo que desees.–Con una invisible sonrisa termina teniendo que responder el leopardo, viendo como el tritón respiraba con dificultad y tenía las mejillas rojas.

—De acuerdo…—Responde aún en trance Mairen preguntándose qué fue el causante de tantas risas.

—No afectarán las palabras de Penélope, así que puedes responder lo que desees.—Con la respiración más estable le resta importancia al asunto con una divertida sonrisa.

—Bien…me retiro.—Dice dando media vuelta tomando rumbo a la habitación principal aún sin comprender del todo lo sucedido.

Tambaleándose camino lentamente escuchando el eco de sus tacones retumbar. Tenía miedo de la relación de su madre cuando se vieran. ¿Le gritaría por su desobediencia?. ¿Le comenzaría a ordenar que hacer en contra de su hermano?. Aún se encontraba aceptando su manipulación y la preocupación debido a su estado no la dejaba tranquila. A tal punto de que no pudo soportarlo más.

Solo vería su estado y adiós. Quedarse demasiado tiempo era un riesgo a ser nuevamente manipulada. La magia de su madre era débil pero eficaz, siendo aún más útil si antes fue utilizada en la misma persona. Su única gran preocupación era si llegaba a preguntarle por la relación de su hermano y el señor Félix. Y al restarle importancia bajo orden de Ángel ese peso desaparecido sin dejar rastro.
Aunque…¿Por qué se sentía oprimida en su propia casa?. Confundida detuvo su andar y miro alrededor, encontrando solo a los empleados trabajando. ¿Fue su imaginación?. Fue muy extraño, comprendía si la sensación fuera provocada por las miradas de los empleados. Que la cuestionaban en secreto preguntándose si era sincera. Pero como su relación con el doncel mejoraba cada vez más eran menos las personas que pensaban así. ¿Habían malas vibras en la mansión?. Solo ese pensamiento le provocó escalofríos y un extraño viento frío golpeó su cuerpo.

—¡Que miedo!.—Chillo abrazándose a sí misma comenzando a correr.

¡Más tarde solicitaría que un sacerdote visitará la casa!. Lo necesitaban con urgencia, no le importaba tener que suplicarle a su padre. ¿Eran las malas decisiones acumuladas que atrajeron a los malos espíritus?. Mejor dejaba de pensar sobre el tema o los espíritus la tendrían en la mira.

No era que fuera supersticiosa, solo que muchos usuarios de magia oscura podían ordenarle a los fantasmas errantes. ¡Y que mejor prueba de la existencia de esos seres que el propio Reino Fantasma!. ¿Acaso no era un poder muy peligroso y atemorizante?. Solo de pensarlo su piel se erizaba y escalofríos recorrían desde la punta de sus pies hasta el último de sus cabellos. Frente a la puerta de la habitación principal respiro hondo calmándose antes de tocar suavemente esperando que desde dentro le otorgarán el permiso de entrar.

Mientras tanto en el jardín, desde el momento que Mairen se alejó. Ángel con una expresión seria se quedó mirando fijo hacia una ventana del segundo piso. La cual era perteneciente a la habitación principal, lugar donde descansaba su madrastra. Su atención fue llamada por una familiar sensación que desde su liberación de ataduras a su alma no sentía. ¿Qué provocó tanto odio en ese espíritu maligno?. Desde esta distancia y la acumulación de aura enfermiza morada no dejaba ver por completo su aspecto. Solo aseguraba una cosa, Penélope sufriría mucho daño a causa de su mala acción.

—¿Puedes ver lo que se encuentra en esa ventana?.—Pregunta serio Félix, él gracias a los genes de animal corriendo por sus venas podía sentir lo que otros no.

𝖀𝖓𝖎𝖉𝖔𝖘 𝖕𝖔𝖗 𝖊𝖑 𝖉𝖊𝖘𝖙𝖎𝖓𝖔.  [𝕿𝖔𝖒𝖔 𝖀𝖓𝖔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora