✧Episodio 08✧

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—¿Solicito mi presencia señor?.—Asustada la sirvienta jugaba con los volantes de su uniforme sin atreverse a levantar la mirada y enfrentar al marqués.

—Cuéntame todo sobre lo que a pasado hasta hoy en la mansión sin omitir detalles.—Ordena con seriedad sentado detrás de su amplio escritorio.

La oficina se quedó en silencio unos segundos, la sirvienta se planteaba si era buena idea que abriera la boca y contara todo lo que sabía o mantenerse en silencio. Había aguantado bastante tiempo el maltrato de la señora Penélope para saber que le pasaría apenas dijera todo. No obstante podría sacar provecho de esta situación y salir impune, todo gracias a que el joven maestro al fin vio sus errores.

—La señora Penélope y la señorita Mairen han acusado falsamente al joven maestro cientos de veces con el objetivo de que usted lo odiara y sea más fácil sacarlo del camino.

—Lo sabía…—Murmuró él marqués apretando los puños.

—Fueron muy pocas veces que el joven maestro trato de hacerles algún mal para devolverles el golpe, pero todo salía mal ya que siempre era castigado.—Termino de informar la sirvienta con una mueca triste, puede que hace poco fue que comenzó a agradarle Ángel pero su situación siempre fue desafortunada.

—Ángel…—Desviando su mirada hacia la ventana suspiro pesadamente recordando las pocas veces que su hijo acepto ser castigado sin resistencia, seguramente esos fueron sus intentos de venganza.

—Mi señor…no soy la indicada para decirlo pero el joven maestro está cambiando en verdad, por favor escúchelo más.—Haciendo una reverencia solicito la sirvienta en nombre de la mayoría de los empleados de la mansión.

—Puedes retirarte y continuar tus labores.—Ordena él marqués al notar la llegada de un carruaje.

Aguantándose las ganas de preguntarle a su señor sobre que haría a partir de ahora la sirvienta se retiró de la oficina en silencio. Mientras Ciel meditaba en silencio unos largos segundos antes de levantarse y salir de la oficina rumbo a la entrada para recibir a su hijo. Tenía mucho que hablar con él, esta vez haría las cosas bien y lo escucharía. Era hora de poner prioridades, se lo debía a su fallecida esposa.

En la entrada de la mansión observó en silencio como el esclavo que Ángel había comprado lo ayudaba a bajar. Extrañándolo y asustándolo, ya que el doncel a penas podía mantenerse en pie por si solo. Rápidamente llegó hasta su hijo para sujetarlo con firmeza, notando lo agotado y débil que se encontraba.

—¿Ángel que sucedió?. Estás muy débil.—Preocupado lo tomo en brazos dirigiéndose al cuarto del doncel.

—Estoy bien padre, en la ciudad había un festival y quise recorrerlo terminado agotado.—Responde el doncel haciendo disimuladamente señas a Félix para que más tarde fuera a su cuarto.

—¿Estás seguro?. Tu cuerpo aún está lastimado por tu caída.

En la habitación él marqués depósito con cuidado al doncel sobre la cama para sentarse a su lado. Ángel con una sonrisa asintió tranquilizando un poco a su padre. Aunque por dentro se cuestionaba el por qué su padre quería hablar con él.

—¿Padre sucedió algo?.

—En realidad si, quería disculparme contigo.—Ciel con dolor oculto en su expresión lo toma de las manos mientras se arrodilla frente suyo.

—¿Qué..?. ¿Por qué te arrodillas?. ¡Padre levántate!.—Alarmado por lo que sucedía lo jala inútilmente tratando de levantarlo.

—Lo se todo. ¿Por qué nunca te acercaste a mi y me contaste lo que hacía Penélope?. Soy tu padre sin importar lo que suceda.—Ángel sin saber que decir se le queda mirando con una fuerte operación en el pecho.

𝖀𝖓𝖎𝖉𝖔𝖘 𝖕𝖔𝖗 𝖊𝖑 𝖉𝖊𝖘𝖙𝖎𝖓𝖔.  [𝕿𝖔𝖒𝖔 𝖀𝖓𝖔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora