La urgente situación empeoró con la llegada del médico. En la superficie las heridas de Penélope no se comparaban con las internas. Haciendo pensar a los presentes que no solo moriría la señora de la casa cuando la noticia llegará al palacio. Ya que el mensajero una vez aviso al médico siguió galopando a la mayor velocidad que le permitía su caballo rumbo a la ubicación de su señor.
Todos corrían de un lado a otro, divididos en dos grupos. El grupo más importante eran los sirvientes con algunas capacidades médicas que colaboraban para salvar la vida de Penélope. Mientras el grupo dos se encargaba de registrar la mansión con la casi nula esperanza de encontrar un intruso que sufriera el cruel castigo que impondría el marqués por su incompetencia.
—¡Señora Penélope por favor no se duerma!.—Le decía el doctor utilizando su magia para encontrar los daños internos más graves y poder señalarle a la enfermera con magia sanadora.
—Los mataré…—Susurro apenas audible la mujer antes de que todo se oscureciera.
—¡Yo tampoco quiero morir!.—Solloza el médico apresurado su trabajo en un intento desesperado de salvar la vida de todos en la mansión.
Pero para su desgracia, los guardias no encontraron nada aunque buscaron habitación por habitación. Y el mensajero mientras cruzaba el bosque termino encontrándose con un oso demonio. Teniendo que tomar la decisión más segura para su vida, huir de regreso a la mansión. Aumentando los problemas, causando que Anna se aguantará las ganas de reír mientras le daba agua al caballo asustado teniendo todo el caos a sus espaldas.
—Mañana cuando todos regresen la mansión estará patas arriba.—Suspira acariciando la melena del animal.
Cerca del amanecer la mansión encontró la calma. Después de mucho esfuerzo lograron estabilizar a Penélope que aún se encontraba inconsciente. Los guardias triplicaron la seguridad sin anteverse a pegar ojo. El mensajero al ver los primeros rayos del Sol partió con temor nuevamente al palacio. Mientras Anna terminaba algunos detalles del desayuno con ayuda de otros desvelados sirvientes.
Ella a diferencia de los demás cuando tuvo la oportunidad regreso a descansar a su habitación. Así teniendo suficiente energía para poder realizar sus tareas hoy. Lo más seguro es que dentro de un rato los sirvientes trataran de descargar su frustración sobre ella por tener un descanso, pero sabía cómo defenderse en ese momento sin mucho esfuerzo.
En el palacio por otro lado, la familia tuvo el honor de poder desayunar con sus eminencias. Por lo que gracias a su buen humor fue un agradable comienzo del día. Siendo Ángel el único que conocía la verdadera situación. Y por lo tanto debía asegurarse que fuera perfecto hasta el último detalle de su actuación.Anoche no logro ver el cadáver del tucán, por lo que, si quedo algún rastro no podría ocultarlo ahora o terminaría señalando a su familia como la principal sospechosa. Solo les quedaba una o dos horas antes de regresar. En ese tiempo mejoraría su imagen con sus majestades para disminuir las probabilidades de ser acusado e cuestionado.
—¿Cuándo comienzan los preparativos para la boda?. Espero estar en la lista de invitados.—Risueña la reina bebió su té avergonzado a su hijo por lo directa que fue.
—¡Madre al menos deja que desayunen tranquilos!.—Se queja extendiéndole un pañuelo a Félix que ayudaba a Ángel, el chico había sido tomado desprevenido y termino atragantándose con una tostada.
—Lo siento tesoro, no quería causarte esa reacción.—Se disculpa entre risas.—Pero compréndeme, me encuentro muy emocionada.
—¿Emocionada?.—Pregunta Minerva uniéndose a la conversación dejando a el marqués y el rey hablar sobre política, un aburrido tema que no escucharía tan temprano en la mañana.
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𝖀𝖓𝖎𝖉𝖔𝖘 𝖕𝖔𝖗 𝖊𝖑 𝖉𝖊𝖘𝖙𝖎𝖓𝖔. [𝕿𝖔𝖒𝖔 𝖀𝖓𝖔]
FantasiaÁngel Dynasty's un hermoso doncel, que tras vengar a sus padres y ser asesinado junto con el jefe de la organización que los mató renace en un mundo diferente perdiendo los recuerdos. Un accidente hace que los recupere cambiando su horrible destino...