Habían dos caminos que podían ser tomados hasta la mansión. Uno de ellos y el más corto era atravesando el bosque, solo que con más riesgos de bandidos y ataques de animales salvajes. El segundo era más corto y seguro, un camino pavimentado que rodeaba todo el bosque alejando casi por completo los peligros que acechaban entre la vegetación.
En las últimas salidas de los miembros de la familia el camino mayormente utilizado fue atravesando el bosque. Exceptuando cuando las dos mujeres regresaron del concurso, ya que temerosas de ser atacadas tomaron el más largo. El marqués tomo el del bosque, Ángel pensaba que seguirían sus pasos pero el cochero decidió por su cuenta el rodearlo.
–Con el lento galope de los caballos llegaremos dentro de una hora o un poco más.–Informa Félix observando el paisaje a través de la ventanilla.
–No creo que tomara este camino por accidente y menos a este paso lento.–Suspira Ángel apoyándose en su hombro.
Minutos atrás Mairen se alteró mucho y comenzó a reclamarle al cochero por su decisión aún sabiendo la gravedad de sus problemas. Acciones que fueron utilizadas como tapadera por el leopardo, dejándola inconsciente al golpear en su cuello con la fuerza requerida. Ahora la chica ocupaba el asiento frente a ellos sumergida en un plácido sueño obligatorio.
–¿La comezón ha regresado?. Avísame apenas sientas algo.–El leopardo preocupado besa su frente abrazándolo por la cintura acercándolo más a su cuerpo.
–Por ahora nada, aunque no estaría muy seguro dentro de un tiempo.–Suspira cómodo el doncel.–Puede que apenas lleguemos necesite ir a remojarme.
Félix asintió levemente antes de cargar a su pareja y sentarla sobre sus piernas. Dándole suaves palmadas en la espalda y dejando que utilizará sus pectorales como almohadas convenciéndolo en silencio de dormir un rato. Demorarían en llegar y enfrentar el caos, sabía que si Penélope se encontraba despierta a la llegada del marqués comenzaría a gritar que Ángel planeo todo. Algo que no era mentira, pero nadie creería lo contrario.
–Señor nos detendremos un momento, los animales deben beber agua.–Informo el cochero desde su lugar fuera del transporte tirando suavemente de las riendas ordenándoles a los caballos detenerse.
Ese hombre no le daba buena espina, su actitud demostrada hasta el momento era anormal. Por precaución recostó al híbrido en el asiento cubriéndolo con si chaqueta simulando una manta. No saldría de ser necesario pero el firme agarre en el mango de su katana señalaba lo alerta que se encontraba su cuerpo.
Sus orejas se mantenían en un movimiento constante, escuchando hablar al sujeto en voz baja junto con el movimiento de unos arbustos. Pasos se escuchaban acercarse con cautela, aunque no la suficiente para pasar desapercibido por sus desarrollados sentidos.
–Dentro se encuentra la persona asesina de nuestro señor.–Escucho decir entre los susurros.–Acompañado de un bello doncel y señorita, miembros de la familia que lo ocultan.
–¿No es eso maravilloso?. Una vez terminado el trabajo podemos satisfacernos a gusto.–Una nueva voz respondió de manera burlona causando algunas risas.
Félix gruñó apretando la empuñadura, dentro suyo burbujeaba la cólera por dichas palabras. ¿Se atrevían a soñar con tocar un solo cabello de su tritón?. Esos bastardos de poca monta estaban cortejando a la muerte con sus acciones. ¡Pues bien!. Les daría su tan buscada satisfacción bajo el filo de su arma.
Desfundando su katana abrió la puerta lentamente mientras sus pupilas se contraían por la única emoción que sentía, la ira pura. ¿Qué sintieron los bastardos al ver como la puerta lentamente era abierta?. Si su boca pudiera articular siquiera un sonido hubieran respondido lo mismo cada uno. Puro terror y deseos de huir, la inmensa presión asesina que los empujaba hacia abajo no era normal.
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𝖀𝖓𝖎𝖉𝖔𝖘 𝖕𝖔𝖗 𝖊𝖑 𝖉𝖊𝖘𝖙𝖎𝖓𝖔. [𝕿𝖔𝖒𝖔 𝖀𝖓𝖔]
FantasyÁngel Dynasty's un hermoso doncel, que tras vengar a sus padres y ser asesinado junto con el jefe de la organización que los mató renace en un mundo diferente perdiendo los recuerdos. Un accidente hace que los recupere cambiando su horrible destino...