𝖀𝖓𝖎𝖉𝖔𝖘 𝖕𝖔𝖗 𝖊𝖑 𝖉𝖊𝖘𝖙𝖎𝖓𝖔. [𝕿𝖔𝖒𝖔 𝖀𝖓𝖔]

✧Episodio 16✧

Los nobles que aún no habían adentrado su arrogancia al palacio vieron intrigados como del carruaje de lo Dynasty’s bajaba un noble miembro de otro reino. Las damas solteras sonrieron interesadas por el apuesto leopardo, cuando su rostro mostró una nueva de incredulidad.

Félix ofreció su ayuda extendiendo su mano enguantada, siendo aceptada por una mano delicada y delgada que tenía un anillo plateado a penas visible. Ángel bajo del carruaje con satisfacción, los nobles no eran para nada discretos y sus susurros no eran bajos. Aferrándose al antebrazo del leopardo esperaron juntos a que el marqués ayudará a Mairen antes de con la cabeza alta atravesar las grandes puertas de marfil adornadas con oro fundido.

—El marqués Ciel Dynasty’s, su hija menor la señorita Mairen Dynasty’s, su hijo mayor Ángel Dynasty’s y su prometido el señor Félix Vangeance.—Anunciaron en orden la llegada de la familia al entrar al salón principal.

El molesto murmuró dentro de detuvo cuando la presentación hizo eco. Las nobles señoritas dejaron de conversar y beber de sus copas para presenciar la entrada. Esperando como de costumbre la horrenda extravagancia del hijo mayor acompañado de las sonrisas disimuladas de burla de las únicas mujeres de la familia.

—Vangeance…—Susurra el doncel bajando las escaleras que dirigían al salón.

—Te explicaré todo una vez cumpla con mi segunda tarea aquí.—Susurra Félix buscando rostro por rostro a su víctima.

—¿Cuál es la primera tarea?.—Pregunta frunciendo un poco el ceño disimulándolo con una falsa sonrisa para engañar a las masas.

—Hacerte ver expendido y inalcanzable para estos asquerosos aristócratas.—Responde inclinándose levemente para besar su mejilla.

Algo sonrojado se mantiene en silencio dejándose llevar por el salón a una zona menos transitada. Abandonando sin pestañear a su padre y hermana que no lograron escapar a tiempo y fueron rodeados.

Al pasar un camarero con una bandeja llena de copas servidas de un fragante vino. El leopardo lo detuvo tomando dos copas, compartiendo con su amante. En la superficie pareciera calmado y concentrado solamente en ver cómo Ángel tomaba pequeños sorbos de su bebida, cuando en realidad estaba usando su sentido del oído para localizar a su presa.

Ángel sabía que su prometido tenía un asunto pendiente con algún invitado. No le molestaba que le ocultara el motivo de sus futuros actos esta noche. Solo le incomodaba en su corazón esa falta de confianza. Antes dejo pasar muchos pequeños detalles por alto, uno de ellos el sofisticado conocimiento militar de Félix o los modales que mostraba en diferentes ocasiones. ¿Por qué Félix era tratado como un esclavo sin valor cuando se conocieron?. La respuesta llegaría hoy, en un día tan importante para la nación cuando la persona buscada saliera a la luz.

—No está en el salón…—Apretando la copa en su mano el gran felino murmuró.

—Aún es temprano, muchos nobles están de camino.—Responde haciendo señales a un mesero para cambiar sus copas.—Una vez cierren la entrada tendremos como máximo veinte minutos antes de que sus altezas aparezcan.

—Veinte minutos son suficientes, el problema sería distraer a todos los ojos sobre nosotros.—Conversa de forma casual moviendo su muñeca en círculos meciendo el vino dentro de la copa nueva.

—Ese problema lo resolveré pronto.—Responde sonriendo casual ignorando los saludos a lo lejos de su hermana.

En esta sociedad tan retorcida donde los nobles por tener algo de entretenimiento divertido eran capaces de muchas maldades si se les daba la oportunidad de actuar. Ellos esperaban impacientes esa oportunidad y el doncel se la serviría en bandeja de plata en el momento justo. El tiempo de espera se acababa lentamente, pero aún el objetivo a destruir de la noche no daba su entrada final.