༺ CAPÍTULO 36. LA DESPEDIDA ༻

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Manuel sería el próximo en marcharse del hostal, y con este hecho, perderíamos a un miembro de nuestro círculo de hierro —como le llamaba Iñigo—, quedándonos sólo Laura en aquel sitio

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Manuel sería el próximo en marcharse del hostal, y con este hecho, perderíamos a un miembro de nuestro círculo de hierro —como le llamaba Iñigo—, quedándonos sólo Laura en aquel sitio. El fiel protector, una vez que dispuso del dinero suficiente, decidió partir con destino a Israel, pues necesitaba reencontrarse con otros miembros de su familia. En secreto, siempre nos preguntaba por Johanna lamentando su situación. Después de ella, no volvió a tener más romances dentro de la residencia, tal vez porque aún tenía la esperanza de volverla a ver. La Niña de la sopa fría había sido su monstruo, y en esa vorágine de sentimientos que experimentó a su lado, al final, solo le quedó un enorme hueco en lugar de un corazón.

Ya que la ocasión lo ameritaba, tendríamos que hacer una digna celebración de despedida en Plaza Dorrego. Asistirían Emma, Iñigo, Nina, Bernardo, Gonzalo, Hugo y, por supuesto, yo. Por el camino, iríamos por pizza con cerveza y luego en San Telmo, en nuestro lugar de siempre, beberíamos vino hasta decir basta. Lo más irrisorio de la noche fue que en plena joda, a Emma se le ocurrió otra nueva genialidad —o tal vez no—, de mezclar el alcohol con jugo, una combinación letal que bautizamos como «brincadito».

Para la Liga de la Maldad, fue una total sorpresa cuando justo antes de salir, Marina —la chica de estilo hippie chic y novia de Jorge— se acercó a nosotros para preguntar si ellos podían participar en el festejo.

—¡Por supuesto que sí! —afirmó Emma en respuesta.

Cabe recordar que, además de Marina, la manada de los Argentos estaba conformada por Eliseo, Lorenzo y Doménica. No obstante, incluso hay que darle su lugar a los recién añadidos Jorge y Claudio —quien se apartó de los Triunfadores por el bullado lío de faldas que tuvo con las hermanas Darrigrande—, y si bien Nina, también estaría presente en la joda, nos aseguró, que no habría problemas, pues para ella, el chico simplemente no existía. Asimismo, sospechábamos que Josefa y Doménica no se enfrentarían por causa de la disputa silenciosa que mantenían ambas por Lorenzo, aquello había quedado atrás y, en caso de toparse, no existiría ninguna confrontación entre ellas, ya que eran ávidas en las artes de la hipocresía, pero no lo suficiente como para arrebatarle el trono a Emma.

Cuando Johanna se marchó del hostal, Marina se abocó por completo a Jorge, su novio. La joven fotógrafa siempre andaba con su cámara en mano, retratando hasta los lugares más recónditos o editando imágenes en su laptop, y a pesar de que la muchacha y Dante tenían intereses en común, al monstruo jamás se le vio hablar con ella o hacer el mínimo esfuerzo por imitarla.

La chica era sin duda una de las más hermosas del sitio, no tan solo por vestirse de una forma en particular, sino por su estilizada figura y carisma. Su mejor amiga en ese entonces era la pelirroja Doménica Risso, una joven estudiante de danza contemporánea. A esta última, era bastante común verla elongando en la barandilla del segundo nivel, trabajando en su postura.

#UglyHeart. Las Reglas del MonstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora