༺ CAPÍTULO 53. AMBIVALENCIA ༻

15 1 0
                                    

El elegido por Marta para ocupar la vacante que dejó Nina Darrigrande fue Julián, un personaje al que apodamos como "Jesús" por su apariencia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El elegido por Marta para ocupar la vacante que dejó Nina Darrigrande fue Julián, un personaje al que apodamos como "Jesús" por su apariencia. Además, sería la última persona en compartir habitación con Iñigo en el hostal.

Esta elección vino justo en el momento en que el bogotano nos dio la noticia de que se iba a quedar durante toda la temporada veraniega en Buenos Aires y no iba a regresar a su país. Además de eso, una vez que nosotros abandonáramos el hostal, se iría a vivir con uno de sus primos por orden de su mamá.

Iñigo la estaba pasando muy mal, pues en una llamada por teléfono con su progenitora le había contado la real razón de su viaje a Argentina. Y no solo eso, sino que además se sinceró con ella y le dijo que era bisexual. Las medidas de su sostenedora no se hicieron esperar y fueron muy estrictas: cortó de cuajo cualquier apoyo financiero a nuestro joven amigo y lo forzó a mudarse a un pequeño departamento en Palermo, que su primo compartía con otros seis compañeros.

En medio de su angustia, el joven había encontrado un trabajo de medio tiempo en una pizzería situada en el barrio de Recoleta. A pesar de las circunstancias, tenía nuestro apoyo incondicional, pues sabíamos lo difícil que era para él. Junto a los chicos, comprendíamos que enfrentarse a los propios miedos y mostrarse al mundo tal como uno es puede ser tan aterrador como un abismo sin fondo. Sin embargo, no contar con el respaldo de amigos leales que estén dispuestos a ofrecer su ayuda en los momentos más críticos debe ser aún más doloroso.

El destino de Josefa no sería mejor que el de Felipe y Bernardo, pues tan solo unas semanas después de la partida de los dos chicos, decidió abandonar el lugar. Algunos dijeron que se iba por vergüenza, otros que lo hacía para conservar la dignidad, pero según Emma, ella se marchaba por cobardía —en un intento desesperado por huir de sus problemas—. En mi opinión, creo que abandonó el hostal porque cada día que pasaba se sumía aún más en la espiral de arrepentimiento que ella misma había creado. Lo peor de todo fue que partió sin despedirse de nadie, ni siquiera de aquellos a quienes considerábamos sus más cercanos.

Al final, solo recibió una dosis letal de su propio veneno, enfrentando la dura realidad de sus acciones y las consecuencias de sus propios actos.

Así, cuando la chica abandonó la residencia, el regordete y su nuevo aliado, nos miraban como si nosotros tuviéramos la culpa, incomodándonos con sus preguntas:

—¿Chicos, qué le hicieron a la pobre Josefa?

—Si alguien decide irse, es su decisión personal —le contestó Emma.

—Pero dijeron que tuvo un problema con vos ché.

—Tú lo dijiste, ella fue la que tuvo un problema conmigo... —afirmé.

#UglyHeart. Las Reglas del MonstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora