༺ CAPÍTULO 38. LA INVOCACIÓN ༻

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Después de la despedida de Manuel, pasaron algunas semanas antes de que todo se volviese a complicar de nuevo

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Después de la despedida de Manuel, pasaron algunas semanas antes de que todo se volviese a complicar de nuevo. Esta vez, en el epicentro de la controversia estaría nada más y nada menos que Campanita.

Por aquellos días, este extraño personaje, provocó un bullado episodio —digno de The X-files— del cual solo algunos huéspedes lograron enterarse, pues todos los involucrados se encargaron de guardar silencio.

Tras el alboroto, fue inevitable que algunos se preguntaran qué había sucedido realmente para que Nicky actuara de manera tan extraña y fuera de lo común, pero lo que ellos desconocían, era que el chico estaba obsesionado por los fenómenos paranormales. Tanto fue así que, para saciar su curiosidad, pasaba horas investigando sobre apariciones de fantasmas, ovnis y criaturas míticas. Un dato extra era que también se dedicaba a explorar lugares abandonados en su tiempo libre y participaba en sesiones de espiritismo en búsqueda de respuestas del más allá. Nunca supe cuál fue el trasfondo de su obsesión, pues a la hora de intentar cualquier tipo de acercamiento, Campanita se cerraba como una ostra.

Desde el primer día que llegó a la habitación, el joven maquillador y estilista conservó en su improvisada mesita de luz, una bolsita con cristales y cuarzos pequeños de distintos colores, incienso natural de salvia blanca y una vieja baraja de tarot. Estos múltiples objetos eran muy importantes para él ya que creía fervientemente que poseían propiedades protectoras en contra de los malos espíritus que rondaban por ahí.

Sin embargo, a pesar de su atracción especial por la noche y su marcada estética lúgubre —muy parecida a la del icónico Daniel Ash—, Nicky se caracterizaba por ser pacífico puesto que siempre optaba por tomar distancia frente a cualquier disputa. Pero, aun cuando hubiera sido muy precavido, no tuvo buen juicio al involucrarse con Nina Darrigrande: el ser más polémico y melodramático de toda la hospedería. Al final, el precio a pagar por tan gran error, le saldría muy caro al joven gótico.

Al parecer, en una noche muy fría, mientras Emma y yo dormíamos plácidamente en nuestras habitaciones, extenuados por la carga académica; Nina, Iñigo, Bernardo, Josefa y Nicky se habían reunido en la nueva habitación que el bogotano compartía con la menor de las hermanas Darrigrande. El propósito de aquel encuentro fue compartir historias sobrenaturales y hacer una sesión de espiritismo, porque según Campanita, uno de sus cristales se había roto por la presencia de algún alma desencarnada que deambulaba libre por el hostal.

Y, a pesar de que al principio Nina se negó rotundamente, al final, todos consiguieron persuadirla de acompañarlos en la invocación. De acuerdo con la versión de Iñigo, la cosa se puso espeluznante en cuanto el chico gótico empezó a compartir las distintas experiencias de sus encuentros con el más allá. Entre un sinfín de relatos escalofriantes sobre seres imposibles, casas embrujadas, apariciones, fantasmas, el muchacho dejó boquiabiertos a los asistentes cuando mencionó que, en una ocasión, se topó de lleno con una figura etérea que flotaba por los pasillos en la casa de sus padres. Ya en el clímax de la historia, mientras algunos intentaban disimular el miedo, Nina parecía muy nerviosa.

#UglyHeart. Las Reglas del MonstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora