No sabíamos cómo una chica tan cheta podía vivir en un sitio como ese. Nunca supimos cuándo llegó al hostal, excepto que un día domingo, mientras Emma y yo estábamos viendo la tele a un costado de la recepción, apareció acompañada de Iñigo. No nos sorprendió en absoluto verlos juntos, porque a pesar de que el bogotano no se acercaba a cualquiera gracias a su diplomacia selectiva, tan pronto vio a la chica, supo de inmediato que era una de las suyas. Todo lo anterior, coincidía a cabalidad con las teorías de Emma que tenía la plena convicción de que la clase alta siempre terminaba junta debido a una especie de dispositivo que tenían para no mezclarse con los más desafortunados. Tal vez por eso el chico fue el primero al que se acercó. Demás está decir que, el radar de la chilena, fan de Bowie, no tan sólo detectaba chetos, sino gays y lesbianas. Su capacidad de deducción era impresionante, y cada vez que hacía una, nos reafirmaba con certeza que ella jamás fallaba.
En un principio, nos poníamos a especular acerca de cuáles eran los verdaderos motivos de su llegada. Algunas de nuestras audaces conjeturas sugerían que tal vez Isabella quería experimentar una nueva y emocionante aventura, lejos de su vida aburrida y privilegiada, o quizás, estaba atravesando algún conflicto familiar o personal, pero nada más lejos de la realidad.
Si bien la muchacha lucía una fachada ostentosa, lo cierto es que no tardó mucho en integrarse a nuestro grupo. Parecía sincera, divertida, y siempre tenía algo interesante que contar. Respecto a su apariencia física, se veía un poco tosca y poseía una pasión muy especial por Boca Juniors. Y sí, era una fanática acérrima del fútbol.
Tras culminar sus estudios secundarios, la chica decidió estudiar Kinesiología en Buenos Aires. Siendo la única hija de un empresario, dueño de un importante hotel en la ciudad de Bariloche, recibía una excesiva protección. El hombre, consciente de su responsabilidad y deseoso de custodiar a su preciado retoño, se vio en la obligación de tomar las precauciones necesarias para su bienestar. Dado que no contaba con familiares en la capital, se propuso buscar a alguien de confianza que pudiera velar por su singular heredera en su ausencia. Fué entonces cuando Magnolia puso a la muchacha bajo su resguardo.
Isa vivía en una de las habitaciones de mayor envergadura dentro del hostal, contaba con un clóset, televisión, refrigerador y toda la paz que necesitaba para desempeñar sus labores estudiantiles. Y, a pesar de que a menudo andábamos por ahí con Emma e Iñigo, nunca habíamos coincidido dentro del hostal con la chica. Sin embargo, sorprendentemente, ella estaba al tanto de las novedades porque desde su llegada, siempre se encargó de observar todo lo que ocurría desde el tercer piso.
Su amiga más cercana era la emergente autora de romance LGBTIQ+ que moraba justo enfrente de su cuarto y que jamás se mezclaba con nadie, pues tras lanzar su segundo libro al mercado, su agente le exigía su total atención y no le dejaba descansar. Nunca entablamos una relación con la joven más allá de un cordial saludo, y todo lo que conocimos de la incipiente escritora, fue de boca de la propia Isabella.
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#UglyHeart. Las Reglas del Monstruo
Novela JuvenilRaymundo acaba de llegar a una residencia bastante peculiar en donde enfrentará al monstruo que desea devorar su inmaculado corazón. Para ello, ha creado reglas que le ayudarán a no caer en las garras de esta enigmática criatura. ¿Logrará Ray domest...