Capítulo 8

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VERONICA

BRAN, TRANSILVANIA

Hemos regresado a casa después de las desastrosas vacaciones en Bucarest.

Desdé que llegamos no he parado de intentar localizar a Blakgelus por medio de la magia, pero hasta ahora no he conseguido absolutamente nada

El hechizo sigue estando bloqueado.

Él no saber nada de mi hijo me está matando, tengo miedo de que le hagan daño.

Me aterra pensar que lo han lastimado.

Alucard y Silas han salido desdé hace unas cuántas horas para organizar una búsqueda masiva por toda Transilvania.

Silas se siente igual que yo, lo veo en su mirada. Tiene miedo de que algo le pase a nuestro hijo.

Pero el que se siente peor es Alucard, él se siente demasiado culpable por lo que pasó.

Siente que nos falló a su padre y a mi.

—Hermana —la voz de Lizbeth se oye a lo lejos —.¿Dónde estás?

—En la sala —respondo en voz alta.

Escucho sus pasos acercándose, desvió la mirada hacia la entrada de la sala de estar y veo a mi hermana entrar.

—Hola Veronica —saluda ella con voz apagada, se siente igual que todos ahora.

Dejo mi vaso de vino sobre la cantina y mi hermana se coloca a mi izquierda.

—Ni siquiera voy a preguntar cómo estás —me dice —. Me lo puedo imaginar.

—Todo estaba tan bien, estábamos disfrutando de las vacaciones tan bien...

—Hermana... no te desesperes.

—Me pides imposibles y lo sabes bien, la bruja que se llevó a Blakgelus es fuerte. Tanto que venció al mismo Alucard —le respondo a la rubia —. Puede herir gravemente a mi Blakgelus y yo... no podría soportar perderlo. Tengo demasiado miedo de que él esté lastimado o aún peor muerto.

—No hay que pensar de manera negativa hermana, todos conocemos a Blakgelus ustedes lo han entrenado perfectamente desdé que cumplió diez años. Mi sobrino se sabe defender correctamente, además su condición de dhampire ya se ha presentado eso le da más ventaja para sobrevivir a esa bruja.

Tomo mi vaso de vino y le doy un trago.

—Incluso un dhampire puede fallar.

—Mejor ya no tomes —Liz me quita el vaso —. No ganas nada con eso Veronica.

—He intentado todo Lizbeth, no he parado de buscarlo con magia pero nada sirve. Mis hechizos son bloqueados por el poder de esa otra bruja.

—Eres la guardiana del velo, confío en que se te ocurrirá algo.

—La guardiana del velo...—me rio —.¿De qué me sirve en estos momentos? Tal vez cuándo Van Helsing estaba siendo el problema, pero ahora no. Mi magia es bloqueada, alguien más supera mi magia.

—Hermana...

Escucho la puerta abrirse, las voces de mi marido y de mi hijo mayor se hacen presentes en la casa, escucho cómo se acercan y después ellos nos hacen acto de presencia en la sala de estar.

—¿Cómo les fue? —les cuestiona Lizbeth.

—Ya hemos puesto a todos los vampiros a buscarlo, también el consejo de vampiros va a ayudar —dice el primer dhampire.

—¿El consejo de vampiros ayudará? —volteo hacia los dos.

—Para ellos el que uno de los dhampire esté perdido es una gran tragedia —responde Silas —. Enviarán a unos seres sobrenaturales y a unos vampiros a las demás regiones a buscar, espero tener noticias dentro de unos días.

—¿Unos días? Blakgelus puede estar muerto en unos días.

—No podemos hacer nada amor, estamos con los brazos atados —contesta el rey.

—Yo voy a salir a tomar aire —comenta Alucard.

El rubio sale de la sala.

—Iré con él, no lo noto muy bien —dice mi hermana.

Ella también abandona la sala de estar.

—Todo esto me está volviendo loca.

Mi marido se acerca.

—Amor...

—No debemos de haberlo dejado solo.

—Te prometo que lo vamos a encontrar.

—Tengo miedo de que no sea así Silas.

—Hay demasiados buscando a Blakgelus, lo vamos a encontrar tan solo debes de tener paciencia —toma en el banco que se encuentra a mi lado izquierdo —. Te voy a regresar a nuestro hijo sano y salvo —toma mi mano —Es un juramento Veronica.

No hay desesperación más grande para una madre que no saber nada de un hijo, siento que me estoy muriendo.

—Nuestro hijo va a regresar sano y salvo amor, ya lo verás.

—Eso espero —le digo —. Realmente eso espero.

Si Blakgelus no vuelve, no sé que voy a hacer.

Príncipe Vampiro: Resurrección Donde viven las historias. Descúbrelo ahora