Capítulo 36

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BLAKGELUS

—¿El lago de la doncella? —volteo hacia mi papá —.¿Qué estamos haciendo aquí?

—El lago es un buen lugar para relajarse.

Caminamos juntos hacia el pequeño muelle, papá toma asiento al filo de esté y después me hace una seña con la cabeza indicando que haga lo mismo.

Me acerco y también tomo asiento en el muelle.

—Cuándo masacre a esa aldea hace tantos años atrás, vine a esté mismo lago para intentar calmarme ya que en mis sueños siempre aparecían los rostros de las personas a las cuales assesine esa vez —comenta papá.

—¿Cómo lo superaste? —le pregunto.

—Unos años no lo hice, vivía constantemente en el recuerdo de lo que había hecho —responde —. Me envolví en una armadura llena de amargura.

—¿Y cómo saliste de ella? —desvío la mirada hacia el rey, papá hace lo mismo y ambos cruzamos miradas —.¿Cómo saliste de eso?

—Conocí a alguien, a alguien quién me ayudó a ver que no todo era oscuridad.

—¿De quién estás hablando?

—De tu madre —dice el vampiro —. Ella... me iluminó por completo, me hizo cambiar. Me hizo darme cuenta que no debía de seguir encadenado en el pasado, en la amargura total. Veronica me libero por completo. Después ella me dió lo que más he amado y querido proteger en mi vida inmortal —sonríe —Tú.

—Entonces... mi mamá te ayudó mucho.

—Demasiado hijo, muchos pensaron que yo era el ángel guardián de Veronica, cuándo en realidad tu madre era mi ángel guardián.

—Ya veo...—asiento levemente con la cabeza.

—Ella se volvió mi ancla.

—Yo no puedo decir lo mismo, no tengo a nadie.

—Aún, pero ¿Quién sabe? Tal vez allá afuera esté alguien esperando por ti.

—Papá... ya dije que el amor no es lo mío.

—Tampoco era lo mío y observáme ahora —dice —. Hijo, lo que quiero decirte es que no te aferres al recuerdo de lo que hiciste, no te llenes de amargura cómo yo lo hice en el pasado. Sé fuerte, no necesariamente un ancla tiene que ser una persona con la que estés relacionado sentimentalmente, si no que también puede ser tu misma familia. Sé fuerte por los que te aman, por tu madre, por Alucard, por tus abuelos y tíos.

Volver a la familia mi ancla para no poder perderme, no sé si pueda hacerlo.

—¿De verdad crees qué pueda hacerlo? —le pregunto.

—Eres mi hijo, puedes hacer eso y muchas cosas más Blakgelus.

—Crees demasiado en mi.

—¿Qué padre no creería en su hijo? Lo haré siempre campeón, sin importar lo que pase en el futuro yo siempre voy a creer en ti.

—Gracias papá, en verdad —sonrío.

—De nada pequeño diablo.

Papá tiene confianza en mi, entonces debo de intentarlo. Seré fuerte, lucharé con esto.

—¿Sabes? Creo que querrás oir esto.

—¿De qué se trata?

—Tu abuelo y yo junto con el consejo mayor estamos construyendo un espacio para que todos los vampiros y seres sobrenaturales puedan convivir sin problemas —comenta el chupa sangre.

—¿Un espacio? ¿A qué te refieres?

—Una escuela.

—¿Una escuela? ¿Ustedes están haciendo una escuela?

—Bueno aún la construcción no empieza pero ya es un hecho —responde —. La escuela espada del dragón.

—¿La espada del dragón?

—Si, esa escuela tendrá cómo objetivo enseñar a jóvenes vampiros y demás sobrenaturales a controlar sus poderes. También será un santuario de protección para ellos, un lugar al que puedan llamar hogar, un lugar en dónde puedan decidir su destino.

Una escuela para seres sobrenaturales, no se oye nada mal siendo honesto.

—Tal vez podamos enviarte ahí cuándo la escuela esté hecha, puedes uno de sus primeros alumnos.

—¿De verdad?

Él asiente con la cabeza sin responder.

—Me encantaría.

—Aún hay cosas que no sabes hijo, la escuela te ayudará demasiado.

—Entonces la esperaré con ansias.

—Me alegro que pienses así.

—Solo hay una cosa que hacer antes.

—¿Una cosa?

—Acabar con la Orden del Dragón.

—Blakgelus...

—Ellos me hicieron esto, quiero hacer que paguen.

Jamás había deseado hacerle daño a alguien, hasta ahora.

Ellos provocaron que me volviera un monstruo, quiero que paguen por lo que me hicieron.

Papá se me queda viendo fijo.

Estoy completamente decidido a hacerlo, ellos tienen que desaparecer para siempre.

—Esa mirada tan decidida... si que eres un Tepes hecho y derecho Blakgelus.

—Igual que mi viejo —sonrío.

La Orden deseara no haberse metido conmigo nunca, eso lo prometo.

Príncipe Vampiro: Resurrección Donde viven las historias. Descúbrelo ahora