Capitulo 20

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VERONICA

UNA SEMANA DESPUÉS

—Mira nada más cuántos clientes tenemos hoy —dice mi primo mientras observamos el restaurante casi lleno —. Jamás lo había visto así antes.

—Ya sé, cuándo abrimos no estábamos así —respondo.

—¿Qué les habrá pasado? ¿Todos amanecieron demasiado hambrientos?

—Yo puedo responder eso —Liz llega y se une a nosotros —. La razón del por que el restaurante está así hoy es por el nuevo mesero que contrato mi hermanita aquí presente.

Volteo hacia la zona izquierda del restaurante y a lo lejos puedo ver a Percvial atendiendo una de las mesas. En aquella mesa se encuentran un pequeño grupo de chicas las cuáles le están sonriendo demasiado al hada.

—Diste en el blanco al contratar a Percvial —me dice mi hermana —. Mira nada más lo que hemos obtenido gracias a su cara bonita.

—Es verdad —digo —. Tiene a todas las mujeres de aquí vueltas locas.

—Es que es demasiado apuesto —responde la cazadora —. Míralo nada más, su rostro parece hecho por los mismos ángeles.

Me rio.

—Liz —volteo hacia ella.

—No le digas a Alucard que dije eso, se podría poner celoso.

Vuelvo a reír.

Hemos regresado a nuestra normalidad después de todo lo que pasó con mi hijo.

Contraté a Percvial cómo un mesero para el restaurante ya que él mismo me lo había pedido. Él no quiere ser una carga para absolutamente nadie, es un buen chico.

Es demasiado noble, realmente me da pena todo lo que ha tenido que pasar.

El perder a toda su familia por culpa de aquella bruja debió de haber sido algo completamente horrible.

Espero que con forme vaya pasando el tiempo pueda superar esa tristeza que sé que está demasiado arraigada en su interior.

—Es una pena todo lo que ha pasado ¿No es así? —Liz cruza sus brazos —. No lo merece.

—Lo es, nadie merece perder a sus seres queridos de una manera tan injusta cómo él lo hizo.

El hada deja de atender a las chicas y después viene hacia nosotros tres.

—Al parecer tienes un montón de admiradoras —le dice Sebastián al sobrenatural.

—¿Admiradoras? —él se detiene delante de nosotros —. Para nada.

—¿A no? Mira nada más.

Percival voltea hacia la mesa de las chicas.

Ellas le sonríen nuevamente y después lo saludan con la mano completamente hechizadas por la belleza del sobrenatural.

—Las tienes completamente a tus pies —le digo.

Percvial regresa su mirada hacia nosotros.

—Solo estoy haciendo mi trabajo —ríe —. Aquí está lo que pidieron —me entrega la hoja con la orden de la mesa.

—Bien, entonces iré a preparar todo —respondo.

El hada asiente.

—Y yo iré a...

—A hechizar a más clientes —mi hermana lo interrumpe —. Con toda confianza ve.

Percvial deja salir una carcajada y después vuelve a su trabajo.

Príncipe Vampiro: Resurrección Donde viven las historias. Descúbrelo ahora