1 | La infidelidad

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Annabeth estaba sentada en el sofá de su sala, su rostro serio y sus manos temblorosas mientras sostenía el teléfono con las pruebas que había encontrado. Hace poco más de dos semanas, Luke, quien era su novio desde hace dos años, se había ido de viaje dos semanas por trabajo, pero Annabeth qué ya sospechaba que algo andaba mal había terminado descubriendo que en realidad Luke se había ido de vacaciones con su amante.

Ella había estado esperando este momento desde que Luke regresó, sin decirle nada durante días, intentando juntar el coraje necesario para enfrentarlo. Cuando escuchó la puerta abrirse, supo que había llegado el momento.

Luke entró con una sonrisa despreocupada, sin sospechar nada.

—Hola, amor. ¿Cómo estuvo tu día?—, dijo mientras se acercaba para darle un beso.

Annabeth se levantó, evitando su beso, y lo miró con una mezcla de dolor y determinación.

—Luke, necesitamos hablar —dijo con voz firme.

La sonrisa de Luke se desvaneció al notar la seriedad en el rostro de Annabeth. Se quedó de pie, inquieto.

—¿Qué pasa?

Annabeth respiró hondo, luchando contra las lágrimas.

—Sé la verdad sobre tu 'viaje de trabajo'. Sé que no fue un viaje de trabajo, sino unas vacaciones con Kelly.

Luke se quedó helado, su rostro palideció.

—¿De qué estás hablando?—, intentó negar, pero su voz sonaba vacilante.

Annabeth sostuvo su teléfono y le mostró las fotos y mensajes que había encontrado.

—No te molestes en mentir, Luke. Tengo todas las pruebas aquí. Te fuiste de vacaciones con ella mientras me decías que estabas trabajando.

Luke miró las pruebas, sin palabras. Finalmente, se puso a la defensiva.

—¿Y qué? ¡Siempre estás ocupada, nunca tienes tiempo para mí! Me sentí solo, Annabeth. ¡Si no me valoras, es obvio que busque atención en otro lado!

Annabeth lo miró con incredulidad, su voz temblando de rabia.

—¿Así que la culpa es mía? ¿Me estás diciendo que me engañaste porque no te valoro? Eso es patético, Luke. Una excusa barata para justificar tu traición.

Luke cruzó los brazos, levantando la voz.

—¡Sí, Annabeth! Siempre estás trabajando, siempre ocupada con tus cosas. ¿Y qué hay de Percy? ¡Siempre estás con él! ¿Cómo esperas que me sienta cuando pasas más tiempo con tu mejor amigo que conmigo?

Annabeth sintió un nudo en el estómago, pero se mantuvo firme.

—Percy es mi amigo de toda la vida, Luke. No es más que eso. Si te sentías inseguro, debiste haber hablado conmigo, no engañarme. Esperaba que fueras honesto, que hablaras conmigo si había problemas. No que te fueras de vacaciones con otra mujer. Yo no me merezco esto.

Luke retrocedió, su expresión se suavizó ligeramente, pero no dijo nada. Annabeth continuó, su voz más calmada pero llena de dolor.

—Esto se acabó, Luke. No puedo estar con alguien que no respeta nuestra relación, que me culpa por sus errores. —Luke trató de acercarse, pero Annabeth dio un paso atrás. —Es mejor que te vayas. No hay nada más que decir.

Luke la miró por última vez, con los ojos llenos de frustración y arrepentimiento, pero finalmente se dio la vuelta y salió por la puerta.

Annabeth se quedó allí, sintiendo una mezcla de alivio y tristeza. Había terminado una parte importante de su vida, pero sabía que era lo correcto. Así ella se permitió derramar algunas lágrimas, sabiendo que con el tiempo, sanaría y que había hecho lo mejor al no permitirle a Luke seguirla engañando.

Mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora