5 | Finjamos que nunca ocurrió

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Dos semanas habían pasado desde aquella mañana cargada de sorpresas y confusiones. Durante ese tiempo, Percy y Annabeth habían evitado encontrarse, sumergiéndose en sus propios pensamientos y emociones tumultuosas.

Finalmente, un día soleado y templado, Percy tomó una decisión. Marcó el número de Annabeth en su teléfono, sintiendo un nudo en el estómago mientras esperaba que ella contestara.

—Hola, Percy —la voz de Annabeth sonó al otro lado de la línea, su tono era cauteloso, como si estuviera esperando lo peor.

—Hola, Annabeth —respondió Percy, tratando de mantener la calma a pesar del nerviosismo que lo invadía—. ¿Podríamos encontrarnos en el parque? Necesito hablar contigo.

Hubo un momento de silencio tenso antes de que Annabeth respondiera.

—Está bien. Nos vemos allí en una hora.

Cuando se encontraron en el parque, la tensión en el aire era palpable. Percy se sentía como si estuviera a punto de enfrentarse a un abismo sin fondo, sin saber si caería o si encontraría tierra firme bajo sus pies.

—Annabeth, necesito hablar contigo sobre lo que pasó hace dos semanas —dijo Percy, buscando sus ojos con determinación.

Annabeth desvió la mirada, incapaz de sostener su mirada.

—No sé de qué estás hablando, Percy —respondió ella, su voz apenas un susurro apenas audible en el aire.

Percy sintió un nudo en la garganta al escuchar esas palabras. Sabía que no podían seguir evitando la verdad para siempre, pero tampoco quería perder la amistad que tanto significaba para él.

—Annabeth, sé que lo recuerdas. No podemos simplemente fingir que nunca pasó nada —insistió, su voz llena de urgencia.

Annabeth lo miró, sus ojos llenos de dolor y vulnerabilidad.

—Lo que paso fue un error —dijo ella, su voz quebrándose con la emoción—. Sabes perfectamente que lo fue... Nosotros no estábamos bien, estábamos muy vulnerables y nos pasamos de copas.

Percy se sintió abrumado por una ola de culpa y remordimiento.

—Lo sé —él admitió—. Tienes razón, pero sucedió —Percy tomo la mano de Annabeth—, eres mi mejor amiga y no quiero perderte por un error.

—Yo tampoco quiero perder nuestra amistad, pero —ella lo miró a los ojos por primera vez— no sé si pueda. Rebasamos una línea que jamás debimos cruzar.

—Annabeth no quiero perderte —Percy murmuro con angustia—. No puedo perderte.

—Yo tampoco quiero perderte, pero, ¿cómo podríamos seguir adelante después de lo que paso?

Percy la miro, sus ojos eran como un cielo tormentoso, igual que sus propias emociones en aquel momento.

—Olvídalo —Percy se aclaró la garganta—. Olvidemos lo que paso esa noche, finjamos que nunca ocurrió y sigamos a delante como si nunca hubiese pasado... Por favor, Annabeth.

—Está bien —Annabeth le dio una media sonrisa—. Finjamos que nunca ocurrió.

Mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora