Cap. 21

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𝐃𝐚𝐫𝐢𝐨

Fui a la cocina a por algo de beber mientras escuchaba a Alana hablar con la nueva. Justo cerré el frigorífico cuando encontré a Nathan mirándome. Recordé cuando le hice eso a Alana y ella se asustó tanto que no pude evitar reírme. Él seguía mirándome sin decir nada mientras escuchaba la chillona voz de su amiga desde el salón.

-¿Qué quieres? -le pregunté al ver que él no iba a hablar primero.

-¿No te caía mal mi prima?

-Si ¿Y?

-¿Qué hacías con ella solos en la misma habitación?

Mierda, se había dado cuenta.

Por lo tranquilo que estaba no había visto nada así que no podía saber nada. Eché un vistazo detrás de él, podía ver a Alana y la chica rubia sentadas en el sofá como si fueran amigas de toda la vida. Y esa trenza...como le caía por la espalda que hace unos minutos había estado acariciando...

-¿Vas a decir algo? -Nathan me sacó del trance.

-Va a vivir aquí un tiempo, durante parte de los días estará sola en MI casa. Prefiero limar asperezas con ella, la veo capaz de joderme en cuanto tenga oportunidad. -Nathan no era tonto, pero tampoco muy listo así que se lo tragaría.

-Alana es muy capaz, pero no le caerás bien de la noche a la mañana.

Si él supiera...

-Lo sé, me parece hasta raro que se lleve bien con tu amiga.

-A mi también, pero bueno, entre chicas se entienden ¿no?

Alcé los hombres y ladeé la cabeza. No tenía ni idea, pero conociéndola había dos opciones, o le había caído medianamente bien, o estaba asegurándose de que no le resultaría un problema.

Nathan me ayudó a sacar algo más para picotear y lo pusimos en la mesa como buenos anfitriones. Al sentarme, Alana me miró de una manera tan intensa que podría jugar que ambos revivimos mentalmente lo que pasó antes. Al desviar las miradas tuve que cambiar de postura para que no se me notase el bulto de mi entrepierna. No sabía cómo podía tenerme así pero estaba seguro de que ella sentía la misma atracción.

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