Cap. 33

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𝐃𝐚𝐫𝐢𝐨

Estábamos casi llegando al sitio donde le había dicho el chico, un parque bastante lejos de casa. Eso no me daba confianza.

-Tendría que haberme venido sola, así me podría ir cuando quisiera.

-Puedo darte las llaves de mi coche y pedirle a Nathan que me recoja.

Me miró como si hubiera dicho una locura.

-¿Me vas a dar tu coche?

-Es una ayuda y confío más en ti que en mi mismo para esto. -Al ver que me sonreía me puse nervioso. -Te lo debo.

La dejé allí y la vi acercarse al chico. Se alejaron en dirección contraria a mi. Cuando Nathan me recogió estuve la mayor parte del camino callado.

-Ya veo que no te hace mucha gracia dejarle el coche. -Se río él. -Tranquilízate, yo confío en ella.

Yo también confiaba en ella. Lo que no me hacía tanta gracia era ese chico. Vi como le besaba la mano y dejaba de ser un gilipollas para fingir ser caballeroso con ella. Estuve entrenando hasta tarde y fui a cenar con los chicos. Mia no paraba de mirarme, parecía muy interesada en saber cómo estaba pero era evidente que no iba a preguntarme.
Durante toda la noche estuve con un humor de perros. Me metí en mi habitación e intenté dormir, incluso al ver que no podía intenté también distraerme para no pensar en porque coño tardaban tanto.

Eran casi las dos de la mañana, todo estaba en silencio y escuché el motor de mi coche.

Alana.

Bajé corriendo las escaleras y la vi abrir la puerta intentando no hacer ruido.

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