Cap. 27

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𝐃𝐚𝐫𝐢𝐨

Estaba esperando a que Alana bajara para irnos cuando Nathan y Mia se fueron. Ya habían pasado quince minutos y todavía no bajaba. Iba a llegar tarde así que fui hasta su habitación para meterle prisa. Llamé pero como no respondía entré.

Miré a mi alrededor y deducí que aún estaba en el baño. Me senté en su cama para esperar y vi frente a mi su armario, ese armario en el que me tuve que esconder para que Nathan no me viera en la habitación de su primita.

Escuché la puerta y al mover la cabeza la vi. Iba con un mono negro con dos rayas rojas a los laterales, unas botas militares y su famosa trenza. Me miraba algo confusa.

-Llegamos tarde. -Dije.

-Hasta que no lleguemos no empezará, relájate. -Se echó esa colonia que tenía en uno de los muebles y me miró abriendo la puerta.- Vamos.

Durante el camino estuvimos en silencio, ella no me miraba y yo me moría de ganas de hablarle.

-¿Porqué siempre llevas esa trenza?

-¿Qué?

-Desde que te conozco siempre la llevas, ¿Es solo porque te queda bien o guardas algún secreto bajo ese pelo trenzado?

Ella se rió y ahí me di cuenta de que había suavizado la situación.

-Simplemente me gusta verme con ella... Bueno, a lo mejor tiene algo que ver que mi película favorita de niña era Rapunzel. -Se río.

-No me sorprende, eres como ella pero morena. -Paramos en un semáforo y la miré.

-¿Lo crees en serio?

-No. -Me reí dándole a entender que era broma y ella me pegó en el hombro mientras se reía también.

Siempre fuimos nosotros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora