Cap. 3

16 0 0
                                    

𝐀𝐥𝐚𝐧𝐚

Llegué a mi piso y me fui a dormir.

A la mañana siguiente me desperté tarde y apenas comí. La carrera que tenía esa noche era muy importante. Llamé a Nathan, él y Gabriel eran los que revisaban la moto antes de la carrera, les dije que les vería a las 10, dos horas antes de la carrera para poder revisarla . Gabriel era mi ex pero nos llevábamos bien, era mecánico pero los domingos venía a las carreras a ayudarme.

Llegué y ya me estaban esperando, bajé de la moto y se la dejé a ellos.

-Miradla, yo voy al barranco. -Me quité el casco.

-Vale linda, yo me encargo. -Dijo Gabriel.

Le sonreí y me fui al barranco. El barranco es un sitio cerca de las carreteras donde se hacían las carreras. Iba allí antes de cada una para relajarme y concentrarme.

Estaba en ello cuando alguien se sentó a mi lado. Darío, como no. Miraba al frente así que me tome tiempo para observarlo antes de que se diera cuenta. Tenía el pelo rizado y oscuro, una nariz perfecta, los ojos de un verde muy claro, tanto que por un momento pensé que eran azules. Buen físico y...el brazo derecho lleno de tatuajes que apenas podía apreciar por estar a oscuras.

-Tu primo dice que ya va a empezar. -Dijo sacándome del trance.

-Am... si, ya voy.

-¿Nerviosa? -Me miró y sonrió burlonamente.

-Para nada ¿Y tú? -Le sonreí igual.

-¿Porqué debería?

Bajamos hacia la carretera y nos quedamos con los demás. Saludé a algunos de los pilotos que iban a ir conmigo, me puse el casco y esperé a que nos dieran la señal.

-Ten cuidado Alana. -Me dijo mi primo.-Esta carretera no me gusta nada.

-Eso dijiste el año pasado. -Me burlé.

Vi como Darío me miraba de arriba abajo y no pude evitar contestarle.

-¿Se te perdió algo?

-Las ganas de vivir desde que te conozco.-Sonrió y lo miré mal. -Hazme un favor y mátate. -Nathan le dio un codazo y sonreí.

-Tranquilo, cuando lo haga intentaré llevarte a ti también por delante.

Sonrió mirando a otro lado y volvió a mirarme, está vez a los ojos.

-Suerte temeraria. -Noté como mis mejillas se enrojecían pero como llevaba el casco puesto no lo notaron.

-No la necesito. -Bajé la visera del casco y me concentré.

Todos se fueron dejándonos solo a los pilotos. Sonó el disparo y empezamos la carrera, notaba la moto rara, como si le pasara algo pero no tenía pensado abandonar. Iba quinta y al pasar por una curva adelanté a dos. Todo iba bien hasta que escuché un golpe detrás de mí. Pensé que alguien se había caído e intenté tener más cuidado. Peleé con Shawn por el segundo puesto pero me fue imposible. La moto se movía demasiado y no quería caerme porqué significaba quedarse fuera de la carrera. Al acabar fui con los demás pero no había nadie.

-Shawn ¿Y mi primo y los demás?

-Habrán ido a ver lo que ha pasado en la curva 7 -Me miró.- Los de mi equipo tampoco están ¿Quieres ir?

Asentí y fuimos andando, hablando de la carrera hasta que vimos luces rojas y azules.

-¿Es la policía? -Me paré.

-Peor, es una ambulancia.

Shawn y yo corrimos hasta llegar al sitio. Todo el mundo estaba haciendo un corro y había una ambulancia al lado. Una moto destrozada sobre la carretera y mucha sangre. Agarré con fuerza el brazo de Shawn y me empezó a doler el estómago.

Siempre fuimos nosotros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora