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El fin de semana había llegado, los amigos de Jimin habían seguido insistiendo durante esos días en que no era buena idea ese viaje, sin embargo Jimin siendo tan terco como siempre no se dejó convencer y justo ahora se encontraba haciendo una pequeña maleta en compañía de Yoongi, Jin y Hoseok.

-Aún no es tarde, podrías mejor quedarte aquí y podríamos ir al cine o al parque, ahí también hay cosas extrañas y muchos insectos... no mejor al parque no, qué tal si me pica algo - Hoseok hizo una cara de preocupación.

-Ya por favor no insistan, ya reservé una habitación en un hotel cerca de la zona así es más cómodo y fácil ir a explorar, además piensen en todas las historias que podría contarles una vez que yo las descubra claro - el rubio sonaba tan ilusionado.

-Pero y si no descubres nada?, qué tal si solo pierdes tu tiempo - dijo Yoongi con gran indiferencia.

-Gracias amigo, tú como siempre tan positivo llenándome de esperanzas, hasta acá pude sentir toda esa buena vibra de tu parte, muchas gracias - Jimin puso una sonrisa sarcástico.

-Bueno rubia oxigenada es obvio que no te haremos cambiar de opinión, pero al menos prométenos que si algo pasa nos llamarás, tal vez yo no vaya porque no me gusta viajar, pero prometo que mandaré a Yoongi y a Hoseok a tu rescate - Jin le sonrió y después le dio un abrazo.

-Oye que te pasa, como que oxigenada, yo soy rubio natural, no seas envidioso - le sonrió de vuelta y correspondió el abrazo.

Salieron de su casa, subió su maleta a su auto y se despidió de sus amigos, estaba tan emocionado y sobre todo lleno de curiosidad, él no haber encontrado mucha información al respeto del lugar le hacía querer saber más. Evidentemente él no podía ver lo mal que eso sonaba, ni tampoco tomaba en cuenta lo peligroso que podría ser, simplemente todo lo miraba como una gran aventura.
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Después de 3 horas llego a ese pueblo pequeño donde se hospedaría, sería una aventura doble ya que tampoco había ido a ese lugar antes.

Al llegar pudo notar cosas que se le hicieron un tanto curiosas, la gente parecía que no le agradaba la presencia del rubio en ese lugar, al parecer no estaba acostumbrados a recibir turistas porque a decir verdad tampoco pudo encontrar mucha información de ese lugar.

Llego al pequeño hotel donde se quedaría, hizo sonar una pequeña campana que se encontraba en el mostrador y de inmediato apareció una mujer mayor, con una sonrisa un tanto extraña y con una actitud muy buena, demasiado buena pensó.

-Buenas noches - dijo Jimin - hice una reservación hace unos días - le sonrió a la señora.

-A si, claro jovencito, tenemos lista tu habitación, solo firma aquí por favor - Jimin firmó - bien sígueme por aquí.

Caminaban por los pasillos mirando que estaba bastante silencioso, algo solitario por decirlo así.

-No es muy común que turistas vengan por acá? - le pregunto a la señora.

-La verdad es que no, a la gente no le suele interesar visitar pueblos como este donde no hay nada extraordinario, solo un pueblo común con gente común.

Jimin sintió algo muy raro en la serie de palabras que la mujer decidió utilizar, como si tratara de convencerlo de que ese lugar no era interesante y así se fuera, pero lo que la señora no imaginaba es que eso solo haría que la curiosidad de aquel rubio necio creciera.

-Llegamos, esta es su habitación jovencito, espero que disfrute su estancia y cualquier inconveniente no dude en hacérmelo saber - le volvió a dar aquella extraña sonrisa y se fue sin dejar a Jimin contestarle, sin siquiera agradecerle.

-Bien veamos qué cosas nos esconde este lugar, no se porque presiento que esto será muy interesante - se dijo el rubio a si mismo mientras abría la ventana de su habitación y observaba la calle.

"La última aventura" - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora