CAPÍTULO 28

407 40 4
                                    




—Entra tú.

Fuera del templo Uchiha dos ninjas se encontraban temblando de miedo, tenían que decidir quién entraría a dar la cara al líder de su clan.

—¡Estas loco!, entra tú —respondió uno de ellos.

—Piedra papel o tijeras —ambos hombres lanzaron su destino a un juego trivial.

—Maldición —exclamó uno de ellos.

—Aquí te esperaré, suerte, amigo —El que se había librado sonrió ampliamente hacia su compañero tratando de alentarlo mostrando sus pulgares arriba.

El perdedor levantó la mano indecisa y tocó suavemente la puerta tres veces.

—Adelante —La voz tenebrosa del líder provocó un escalofrío en los ninjas.

Tragó duro y abrió la puerta lentamente adentrándose entre la oscuridad que rodeaba la atmósfera, alzó la mirada con nervios y encontró dos ojos carmesíes escrutarlo.

—Uchiha-sama —Hizo una reverencia pronunciada —, Aquí están los informes del equipo de rastreo y... —Mostró los rollos que contenían la información recaudada.

—¿Y...?

Se aclaro la garganta tratando de armarse de valor —, Envían un mensaje de disculpa...

—¿Disculpa? —preguntó aquella voz con ironía.

—El mensaje es "hemos recorrido sin descanso todas las áreas, pero no hay ningún rastro de Madara-sama y Sakura-sama"

—Acércate —ordenó su líder.

El ninja no protestó, con pasos temblorosos se acercó hasta quedar a una distancia considerable de lo único que los separaba, un escritorio.

—Se... señor —dijo aterrizado el ninja cuando sintió arder los pergaminos que llevaba en manos, estos habían sido consumidos por una llama negra, una gota resbaló de su frente, sentía que en cualquier momento se desmayaría del terror que le provocaba aquel hombre.

—Es la última vez que te presentas en mi oficina con esos putos informes inútiles —hablo desde las espaldas del ninja.

—Si, si Sasuke-sama —sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral, no sabía en qué momento su líder había aparecido detrás de él.

—¡Largo! —gritó furioso el líder del clan.

El ninja salió disparado cerrando la puerta detrás de él con una velocidad nunca antes vista.

—Maldita sea —siseó el Uchiha menor, sostuvo su cabeza con una de sus manos.

Cada vez que recibía informes sin soluciones un terrible dolor se asentaba en su cabeza y ojos.

Sasuke camino lentamente a su silla y se desplomó en esta, cansado de no obtener pistas sobre el paradero de su esposa y abuelo, el tiempo corría sin detenerse y su felicidad se había pausado, cada día que pasada era una puñalada en su espalda.

El gran peso que llevaba sobre sus hombros era demasiado para alguien de tan solo diecinueve años, un clan bajo su mando, cientos de personas que dependían de la estabilidad de él, su esposa y abuelo desaparecidos, la salud de su madre quien no se levantaba de cama desde aquel día en el que sus vidas habían dado un giro inesperado.

Suspiró cerrando sus ojos, Sasuke-kun, la melodiosa voz de su esposa tranquilizaba sus dolores, pero le hacían recordar la ausencia de la pelirosa.



Suspiró cerrando sus ojos, Sasuke-kun, la melodiosa voz de su esposa tranquilizaba sus dolores, pero le hacían recordar la ausencia de la pelirosa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
EL CLAN UCHIHA... ROSA?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora