CAPÍTULO 8

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—¿Cuándo celebráremos la boda? —preguntó la pelinegra sirviendo té.

—Mikoto no te apresures —regañó Obito con el ceño fruncido.

Fugaku suspiró, era cierto, aun no tenían fecha para la boda, su hijo menor asumiría el liderazgo en menos de dos meses.

—En dos semanas —informó Madara, si es que esa mocosa llega viva... pensó.

La Uchiha chilló emocionada —, Mi bebé pronto se convertirá en un hombre —dijo juntando las palmas en su mejilla, con sus ojos cerrados, tratando de imaginar el día de la boda.

Madara y Obito le hicieron señas a Fugaku, incitándolo a tomar la palabra.

—Querida. —La Uchiha salió de su ensoñación —, por qué no invitas a Sakura a la casa para que puedan hablar sus cosas de mujeres. —comentó con un tic en el ojo, ¿por qué tengo que ser yo quien proponga estas ridiculeces? ...

—¡Si!, Obito ve a buscarla —ordenó, se levantó y desapareció de la sala, quería buscar revistas de vestidos de novia para verlas con su futura nuera.

—Ya oíste Obito, ve y busca a esa mocosa... —recalcó con una sonrisa tétrica, compartió miradas con Fugaku.

Atraer a la Senju a la trampa facilitaría el trabajo, pronto esa niña ya no estorbaría más.

Obito suspiró irritado —, Joder, siempre yo... —susurró molesto.



—No puedo creerlo, pronto serás una mujer casada —dijo la rubia con nostalgia

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—No puedo creerlo, pronto serás una mujer casada —dijo la rubia con nostalgia.

La pelirosa se sonrojó —, Ino, tú también serias una mujer casada si fueras valiente y hablarás con el chico pinta cuadros. —codeó a su amiga, mirándola con una sonrisa pícara.

—Sakura —chilló sonrojada, cerro los ojos con fuerza y empujo a la Senju.

La pelirosa se tropezó cuando la rubia la empujó provocando que cayera de centón, cerro los ojos esperando el impacto, nunca toco el suelo, un cuerpo había detenido su caída.

—Mocosa tonta —susurró una voz grave.

Sakura abrió lentamente sus ojos y volteó para ver el rostro de su salvador, sorprendida se separó con rapidez del Uchiha.

—Obito-san... —musitó entrecortadamente.

Por un momento el cuerpo del Uchiha se tensó, pestañeó, su mente le jugó sucio, había visto reflejada a ella en Sakura, no es ella... pensó, trató de mantenerse sereno.

Ino observo detenidamente al Uchiha, ese hombre no era de su agrado, anteriormente había sido muy grosero con su amiga, cruzo sus brazos —Hmmmm.

—Mikoto quiere que vayas a la mansión Uchiha ahora mismo —avisó desvaneciéndose en el aire.

El Clan Uchiha... Rosa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora