CAPÍTULO 19

422 33 0
                                    



—Óbito-sama, el perímetro está despejado.

—Regresen a sus puestos y esperen —ordenó con seriedad el Uchiha.

Habían pasado unas cuantas horas desde que habían llegado en la tarde, ahora todo dependía de la mocosa rosada y sus habilidades ninja.

—Está por oscurecer y la señorita aún no ha dado la señal, ¿seguirá viva...? —preguntó el Anbu.

—Vuelve a tu lugar y espera la señal —dijo tajante, observando desde lejos la cabaña, escondido entre los árboles.





—Trabajas para él, ¿cierto? —preguntó la pelinegra sentada sobre el escritorio de la castaña, su semblante era serio, sentía su mejilla arder, estaba sosteniendo una compresa fría en ella para evitar la inflamación

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.







—Trabajas para él, ¿cierto? —preguntó la pelinegra sentada sobre el escritorio de la castaña, su semblante era serio, sentía su mejilla arder, estaba sosteniendo una compresa fría en ella para evitar la inflamación.

—No tengo porque contestar tus preguntas —contestó cortante mientras buscaba algo en sus cajoneras.

—Eres una traidora —acusó viendo a la castaña con desprecio.

—No pertenezco a Konoha, así que no estoy traicionando a nadie —dijo tranquila —, ¿Por qué estás aquí?

—¿Por qué estás tú aquí?

—Vaya, al parecer no estás drogada, ¿eres una espía? —levantó una de sus cejas castañas con burla.

—Tsk..., no entiendo por qué necesitan los ojos de mi clan —dio un respingo.

—Eso es algo que no me concierne a mi explicarte —Tomó unos frascos pequeños con líquidos de distintos colores.

El golpeteo de la puerta llamó la atención de Rin, la castaña la abrió dejando ver a un ninja que tenía agarrada por el brazo a una chica de estatura promedio y ojos rosas, estaba golpeada por todo su cuerpo visible, la chica tenía el aspecto sucio, lágrimas secas en las mejillas y no paraba de temblar, su ropa era muy vieja y parecía estar desaliñada, era como ver a un pequeño cachorrito asustado.

La pelinegra se sintió furiosa pero no lo demostró, ¿Cómo era posible que tuvieran a mujeres en esas condiciones?, ¿Estaban secuestradas en contra de su libertad?

—Señorita Rin, esta chica intentó escapar —dijo el sujeto, en su cara se podía ver pequeños rasguños que posiblemente fueron causados por la joven.

—Déjala aquí yo me encargaré del resto —El ninja asintió y dejó a la chica de ojos rosas con lo que parecía ser la doctora del lugar.

—¿Trafican mujeres? —preguntó, pero no recibió respuesta a lo que concluyó que la respuesta era sí.

La castaña dejó los frascos encima de una cómoda y volvió a meter sus manos en un cajón sacando de el dos jeringas vacías, la chica al ver esto se rompió a llorar, la pelinegra estaba confundida.

EL CLAN UCHIHA... ROSA?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora