CAPÍTULO 29

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La luna llena iluminaba los caminos coloridos del distrito rojo, una pequeña isla ubicada en las afueras de Kirigakure en donde los criminales, clanes poderosos y civiles ricos se reunían, en el embarcadero se podían apreciar los lujosos yates y barcos. Las calles estaban llenas de cortesanas, niños y puestos de armas ninjas ilegales.

Entre todos los establecimientos había uno que destacaba custodiado por muchos vigilantes a sus alrededores, en la puerta estaba un guardia alto y robusto, un tipo listo para atacar en cualquier momento de ser necesario y a su lado estaba el cadenero.

—Nombre —habló el guardia cuando un pelinegro, un castaño y una rubia se acercaron a la entrada.

—Hyuga —dijo serio el ojiperla.

—Nombre —repitió el guardia con cara de pocos amigos.

—Neji Hyuga.

El sobrino de Hiashi Hyuga en vivo y en persona, por la fina vestimenta del ojiperla estaba confirmado que se trataba de alguien importante, su acompañante parecía ser un sirviente, vestía ropa de uno y mantenía la cabeza gacha ante su amo, la mujer rubia que colgaba de su brazo era una belleza que seguramente pertenecía a algunos de los tantos burdeles que había en la isla, un sutil maquillaje adornaba su rostro, vestía un corto y escotado vestido del mismo azul que sus ojos hipnotizantes junto con unas zapatillas de punta de aguja plateadas.

El cadenero lo dejó pasar, un cliente como ese era bueno para la reputación del burdel más exclusivo del distrito rojo.

—Alto.

El guardia colocó su mano frente a la rubia, Neji levantó una ceja y miró con indiferencia al hombre robusto.

—Vienen conmigo.

—Tenemos que inspeccionarlos.

El Hyuga asintió, el hombre robusto se acercó a la rubia y con sus manos recorrió todo su cuerpo descaradamente.

—Auch —se quejó Ino, aferrándose al brazo de su acompañante.

—Ten cuidado con tus manos, esa mercancía es nueva —masculló el ojiperla, maldito gorila... pensó.

—Si señor lo lamento —se disculpó rápidamente el guardia soltando a la chica.

—Adelante —habló el cadenero cortando la tensión.

—Ineficientes —murmuró con molestia el Hyuga.

Los jóvenes ingresaron por un largo pasillo oscuro, el olor a cigarro y alcohol invadió sus cuerpos.

—Enserio..., ¿mercancía?, no había un mejor término —susurró la Yamanaka indignada.

—Cállate Ino —dijo Neji.

—Hmp... —Los pasos de la rubia resonaron en el azulejo, estaba enfadada por el personaje que le había tocado interpretar.

Shikamaru sonrió de medio lado, sin duda había sido divertido la manera en la que el amargado Neji Hyuga se había expresado de Ino, la Yamanaka frunció el ceño con molestia, mujeres problemáticas..., pensó el Nara.

—Y bien..., donde será el mejor lugar para sentarnos amo —habló Shikamaru adentrándose en su papel de sirviente.

Dentro del ostentoso burdel había muchas personas ya, cortesanas, viejos y jóvenes, los sillones eran de piel color rojos las mesas negras eran bajas, los candelabros gritaban dinero y poder, el humo de cigarrillo estaba en el aire y se podía ver a través de la tenue luz que iluminaba el espacio, los meseros iban y venían con distintas bebidas y botellas de licor.

EL CLAN UCHIHA... ROSA?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora