Capítulo 41.

5 4 0
                                    

Después de haber descansado un poco y de habernos dado una ducha, salgo con el pelo mojado y con lo primero que he cogido de ropa de la mochila, un vestido corto de color blanco. Enzo se ha puesto un pantalón negro y una camiseta blanca.

-Estás muy guapa-dice.

-Que gran forma de decirme que estoy echa un asco porque no me he traído ropa-digo riéndome.

-¡Oye! Va en serio, estás muy bien, ese vestido te queda perfecto.

-Bueno, gracias, pero...¿Vas a decirme ya a dónde vamos?-le pregunto.

-Tenemos que ir en moto, mientras que te duchabas he ido a comprar unas cosas al supermercado que ya he guardado en la moto, así que estamos listos.

Caminamos hasta la moto y con menos nervios que los de la primera vez me subo y me agarro a su cintura después de ponerme el casco.

El recorrido no es muy largo, aunque a mí se me hace eterno por tener tantos nervios de no saber a dónde nos dirigimos y lo que Enzo tiene preparado para hoy. Me alegra saber que vamos a pasar estos días juntos, lejos de nuestra realidad y de nuestra rutina, necesitaba mucho escapar de Madrid y no imagino una mejor compañía ahora mismo que Enzo para todo esto, por lo que agradezco que haya planeado todo esto para mí. Tengo mucha suerte de tener su amistad.

A lo lejos aún subida en la moto veo a donde me ha traído Enzo y comienzo a llorar solo de ver lo maravilloso y precioso que resulta lo que tengo delante.

Bajamos de la moto y Enzo me mira esperando algún tipo de comentario pero ahora mismo, estoy sin palabras, no sé cómo reaccionar ni qué debería de decir. Esto es una maravilla.

Un campo de girasoles se encuentra ante nosotros. Sé que esto no debe ser legal, pero no me importa, para mí es un sueño hecho realidad.

Los girasoles son tan bonitos que resulta maravilloso poder disfrutar de la cantidad de ellos que tengo ahora mismo delante.

-Enzo...Esto...¡Esto es increíble!-digo abrazándole.

-¿Te gusta?-me pregunta.

-Gracias, gracias, gracias. No sé cuántas veces podría agradecerte todo esto, es un sueño hecho realidad Enzo-digo entusiasmada.

-Pues es todo tuyo, bueno, hasta que nos encuentre la policía, mientras tanto, es todo tuyo-dice.

Corro feliz por el campo de girasoles, riendo y siendo la persona más feliz del mundo. Oliendo los girasoles y disfrutando del gran paisaje que tengo ante mis ojos.

-Irina, espera, vamos a encontrar un sitio donde cenar-dice.

Enzo busca donde extender una toalla en medio del campo para poder cenar.

Enzo saca los alimentos de la bolsa, ha comprado gran variedad de comida para poder disfrutar al completo de toda esta experiencia que estamos viviendo.

-Nachos con queso cheddar, un clásico y delicioso-dice.

-Me encantan-dice.

Saca el resto de comida, una tortilla de patata, una empanada de atún y aceitunas con sabor a anchoa. De beber ha comprado una botella de vino blanco y de postre unas fresas con chocolate.

-Esto es perfecto, de verdad.

-Lo que te mereces Irina, no es nada más que lo que mereces por todo tu esfuerzo-dice sonriendo.

Comenzamos a comer mientras que escuchamos música desde el altavoz que Enzo había guardado también en la mochila.

-¿Te apetece algo en especial?-dice refiriéndose a la música.

-¿Qué tal un poco de nuestro rey?-digo refiriéndome a Elvis.

-Siempre es la mejor idea posible, ya sabes que siempre quiero escucharle.

Ponemos una lista de reproducción de canciones de Elvis y disfrutamos del atardecer mientras comemos y mantenemos una conversación sobre la vida.

Enzo me cuenta lo entusiasmado que está con la función de teatro y las ganas que tiene de impresionar a mi padre. Es increíble como Enzo admira y quiere a mi padre y es halagador también para mí saber que mi padre es un hombre tan respetado y querido.

-¿Bailamos?-me pregunta.

-¿Aquí?-pregunto exclamando.

-Claro, venga-dice ofreciéndome su mano para levantarme.

Bailamos al ritmo de "Always On My Mind".

Agarrados de la mano y con las frentes apoyadas el uno en el otro, riéndonos y disfrutando de todo esto que estamos viviendo.

-No quiero que esto termine nunca-dice Enzo.

-Yo tampoco.

Algo dentro de mí me dice que no nos referimos a lo mismo ni mucho menos. Yo me refiero a este momento y Enzo a nuestra amistad, no tengo dudas. Sé que ambos sentimos cosas diferentes, pero hasta que eso no sea un problema, yo tampoco pondré límites.

La Saga Destino: Conocerte. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora