Capítulo 53.

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Estos días han sido increíbles y como siempre, gracias a Enzo y a su bonita forma de hacerme feliz a cada segundo. Hicimos miles de cosas en la tienda y le acompañé a sus ensayos como ya es costumbre. Veo a mi padre más feliz que nunca y sé que su felicidad es también gracias a Enzo y a como me está cambiando poco a poco. Antes de conocerle yo estaba perdida, sola y sin ganas de nada y ahora, aquella Irina ya no existe.

Le quiero y le amo, pero no sería capaz de romper nuestra amistad por intentar algo, no lo haría porque además no quiero atarme a nadie y aún tengo demasiado miedo a tener una pareja, a volver a compartir mi vida con alguien. Es algo que asumo, no estoy hecha para tener una relación, al menos, no de momento.

¿Enzo me quiere? Probablemente más de lo que yo soy capaz de imaginar y creer. Pero sé que él no me lo dirá al menos que yo de el primer paso. Es demasiado respetuoso y reservado como para dar ese gran paso en nuestra relación.

Hoy vamos a irnos a pasar el día a un lugar, todavía no me ha dicho a dónde, Enzo es un tipo de sorpresas y nunca me dice a dónde iremos. Pero eso también me gusta, dejarme llevar de vez en cuando no es tan malo como yo creía hace un tiempo atrás. Sé que la idea de Enzo será fantástica porque desde que le conozco no ha tenido ni una sola mala idea.

Llevo toda la mañana preparando las cosas y recogiendo la casa. Mi padre no está, creo que ha salido a comprar cosas para la obra, así que por eso he aprovechado a dejar la casa en perfecto estado para cuando llegue.

Tengo la mochila preparada de la ropa que voy a llevarme, aunque no llevo demasiado. Un pijama y otro conjunto para mañana, las cosas del aseo y unas zapatillas, con todo eso es más que suficiente.

Iremos en mi coche ya que Enzo tiene la moto estropeada y la ha llevado al taller. Le han dicho que iba para largo el arreglo y que volviese a por ella en unos tres o cuatro días.

Oigo el telefonillo de casa y eso significa que Enzo ya está aquí, por lo que bajo al garaje con todas mis cosas y monto al coche para salir a buscarle.

Salgo del garaje y ahí está, el hombre más bueno y amable que conozco, tan guapo como siempre y con esa sonrisa que es imposible no admirar.

Abre la puerta y monta, se abrocha el cinturón y me da un beso en la mejilla.

-Hola preciosa.

-Buenos días-le digo.

-¿Preparada?

-Eso creo-le digo sonriendo.

-Estoy deseando que lo veas.

-¡Basta! No me pongas más nerviosa.

Enzo conecta su móvil con el GPS al móvil y nos dirigimos camino a la dirección que me señala la pantalla del coche. Hay una hora de camino por lo que imagino que es a las afueras de Madrid.

Enzo pone nuestra lista de reproducción de música de Spotify y ambos comenzamos a cantar como locos, por lo que el viaje se hace más ameno de lo esperado. Mientras tanto voy observando el paisaje y también la belleza de Enzo, que también hace lo mismo que yo.

La Saga Destino: Conocerte. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora