41 | Realidad.

222 31 6
                                    

CYNTHIA CARTER

La sensación de volver a Los Ángeles fue extrañamente reconfortante. El vuelo de regreso desde Australia había sido largo, pero al aterrizar sentí una mezcla de alivio y felicidad.

Al salir del aeropuerto, vi a Jess y April esperándome. Les sonreí y corrí hacia ellas, sintiendo un alivio inmenso al abrazarlas.

— ¡Te extrañamos tanto, pollito! —exclamó April, apretándome con fuerza.

— ¡Lo sé, yo también a ustedes! —respondí y de seguro donde estoy en mis días me dieron ganas de llorar.

— ¡Nos tienes que contar todo! ¿Cómo está Padme? ¿Qué hicieron? — me bombardeó Jess con preguntas mientras nos dirigíamos al auto.

Nos subimos y, mientras conducíamos de regreso a mi casa, les conté sobre mis días en Australia. Les hablé de los lugares que Padme y yo habíamos visitado y las anécdotas divertidas que habíamos compartido, también les compartí algunas cosas que Padme me había contado sobre ella y embarazo.

Al llegar a mi casa, mi papá estaba esperándome en la puerta y Boll estaba a su lado quien se apresuró hacia mi lado. Mi papá abrazó con fuerza y me susurró que me había extrañado un montón. Con las chicas entramos y nos encontramos con mi madre en la sala, quien se mostró un poco distante, pero decidí no dejar que eso me afectara.

Jess y April se quedaron conmigo hasta tarde, hablando y me ayudaron a desempacar, ya que les traje unos regalitos, también me compartieron algunas cosas que sucedieron en el instituto y me pasaron la materia para que me pusiera al día. Sufrí viendo el cuaderno de matemáticas Jess porque increíblemente no entendía ni un carajo.

Cuando se fueron en la noche, tomé una larga ducha, me senté en mi cama y revisé los mensajes en mi teléfono. Había ignorado los mensajes de Liam durante todo el viaje, aunque no eran muy importante estaban ahí, mi whatsapp estaba lleno de «Buenos días», «buenas noches», «que tengas un lindo día», «que tengas dulces sueños», «te extraño», «dime algo» y mucho más por ese estilo mientras que mi instagram se había encargado de darle like a todas las historias que subía, como siempre, y algunas me las respondió.

Recordé el video que había recibido en Australia. Era de Alana y debajo del video puso: perdón. Como si ese perdón fuera a solucionar algo.

El video era clara representación de lo que me había contado Liam. Era la prueba que necesitaba para saber que Liam me había sido fiel. Recuerdo que lo reproduce con el corazón apretado captando el ruido y por encima las risas de ella. Greta fue quien lo intentó besar cuando él revisaba su celular, la alejo y por las acciones vistas se enojó y se nota como le reprocha, pero también como ella se ríe de igualmente como si estuviera ebria o fingiendo estar ebria, luego aparece como la lleva al auto metiéndola en la parte trasera y como cierra de un portazo.

Sin embargo, a pesar de la claridad que el video me había brindado, todavía me sentía insegura y herida por todo lo que había pasado, ya que igualmente me había mentido.

Al día siguiente debía ir al instituto y era lo que menos deseaba, me costó muchísimo quedarme dormida, literalmente dormí apenas dos horas. Al despertar sentí inmediatamente el rico aroma de la comida de Thiago, por lo que sin arreglarme todavía bajé a desayunar.

—Buenos días —saludé.

Él se giró de inmediato con una sonrisa de oreja a oreja

— ¿Cómo durmió la chica más hermosa de esta ciudad?

Reí sentándome en un taburete.

—No me puedo quejar —respondí —Esto se ve delicioso.

—Espero que hayas extrañado mis platos. Nadie cocina como yo, menina.

Soy Cynthia© [AV #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora