Soy Cynthia© [AV #1]

43 | Enfrentar

CYNTHIA CARTER

No llores. No llores. No llores.

Me repetía una y otra vez, intentando mantener la compostura mientras avanzaba por el pasillo lleno de estudiantes. Mi corazón latía con fuerza, y mis manos temblaban ligeramente.

Pensé que se acercaba a mí cuando lo vi, pero simplemente Greta se posicionó al frente de él y se detuvo como si ella fuera el iceberg del Titanic. Por lo que huí de aquella escena de inmediato, sin esperar que él me siguiera.

—Carter —escucho la voz de Liam.

No. No. No podía enfrentarlo ahora.

Sin pensarlo, avancé el doble de rápido y me dirigí al baño más cercano, con los ojos llenos de lágrimas ingreso casi chocando con Alana y veo que igual tiene los ojos rojos, sin embargo, antes de que me diga algo pasó de largo yéndome al cúbico, cerrando la puerta de golpe para luego sentarme en el retrete intentando recuperar la respiración.

—Cynthia, sé que estás aquí —la voz de Liam resonó en el baño de mujeres —Hablemos, por favor.

A pesar de que había visto el video –un millón de veces– no podía llegar y volver con él. Necesitaba... más tiempo porque lo quiera o no, él me mintió. No me contó cómo fueron las cosas y eso igualmente dañó la relación.

—Liam, déjame en paz —intento evitarlo.

—No puedo —vi sus pies posicionados justo en la puerta.

—Por favor —rogué.

—No, no puedo estás en todas putas partes, Carter —se molesta.

— ¿Y qué quieres que haga? Olvídate de todo.

Liam exhaló un suspiro pesado y se quedó en silencio por un momento. Pude sentir la tensión en el aire, como si cada palabra no dicha estuviera cargada de significado.

—No puedo olvidarme de ti —dijo con su voz más suave, pero firme —No quiero.

Mis manos aún temblaban mientras me abrazaba a mí misma, sintiendo el frío de la cerámica del retrete bajo mis piernas. La pared del cúbico parecía ser mi único refugio, una barrera entre nosotros y nuestros sentimientos.

—Eso no cambia nada —respondí, intentando mantener la voz firme, aunque se quebraba —Me mentiste, Liam.

Hubo un silencio.

—Lo sé y admito mi error de contarte las cosas de primera, no puedo cambiar el pasado. Pero estoy aquí, te extraño, te extraño muchísimo.

El nudo en mi garganta se hizo más fuerte, tanto que me daba miedo hablar y quebrarme por completo.

—No es tan fácil —murmuré, más para mí misma que para él.

—Lo entiendo, créeme que para ninguno lo es —contestó Liam —Pero te... te quiero y estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para demostrarlo, lo juro.

Quería creerle, quería que todo volviera a ser como antes. Iba a responder cuando escuche a chicas entrar al baño.

— ¿Qué mierda hacer aquí, Barrett? —gritó una chica —No puedes estar en el baño de chicas.

—Sale —le gritó otra chica.

Escuché cómo algunas se reían y cuchicheaban, claramente sorprendidas por la presencia de Liam en el baño de mujeres.

—Ya me voy —dijo él, su voz ahora cargada de frustración —Te espero afuera.

Lo escuché salir del baño, dejando un silencio incómodo que solo rompían los murmullos y risas de las chicas. Me quedé ahí, sintiendo cómo las lágrimas comenzaban a aparecer en mis mejillas.